6a ETAPA CAMINO DE SANTIAGO PRIMITIVO: BERDUCEDO - GRANDAS DE SALIME (20,4 Kms.)
17 de mayo de 2022.
A pesar de que me habían asignado una solitaria cama individual en el pasillo junto a la que pasaban todos los peregrinos para ir al baño, yo no me he despertado. Cuando sonó el despertador estaban todas las literas vacías, exceptuando la de una chica alemana que debe ser también de las mías: dejar salir a todo el mundo, salir el último, caminar despacio...
Mientras me preparaba no dejaba de poner la oreja en el exterior, pues menudo vendaval hace esta mañana. En un momento dado incluso ha llovido, pero solo ha sido una ráfaga de alguna nube pasajera. Hoy creo que voy de peregrino atípico, pero es que tenía los pantalones sucios: pantalón de chándal de algodón, camiseta de manga corta y el cortavientos impermeable por si otra ráfaga...
Del Albergue Camino Primitivo al Bar el Cafetín, a pocos metros, para desayunar un café con leche grande y unas tostadas de tomate. Con el café "grande" siempre cometo el error de no pedir que me lo pongan en un vaso que no sea de cristal, porque endemoniadamente caliente es imposible de sostener. Lo que si he aprendido es a cerciorarme de que el tomate de las tostadas sea natural, y no tomate envasado tipo porción de mermelada (huye de los llamados "Iberitos"!!).
Y así empezamos la mañana, en una solitaria y rural Berducedo donde finalmente asomó el sol y me hizo prescindir del cortavientos. Mientras subía la primera cuestecilla y dejaba atrás el pueblo silencioso, me vino a la cabeza la banda sonora del día, una preciosa canción flamenca de Lole y Manuel llamada "Nuevo Día":
"El sol, joven y fuerte,
ha vencío a la luna,
que se aleja impotente
del campo de batalla.
La luz vence tinieblas
por campiñas lejanas.
El aire huele a pan nuevo,
el pueblo se despereza,
ha llegao la mañana..."
A partir de La Mesa te espera una "hermoooosa" cuesta que a mí se me ha hecho más dura que alguna de las de Hospitales, con un viento además azotando que no lo ponía nada fácil. El viento ha sido constante, notándose mucho más cuando llegamos arriba con la carretera en paralelo a los molinos del parque eólico, y a veces hasta he tenido que oponer resistencia. A partir de aquí, comienza la que dicen que es la bajada más larga de todos los caminos en dirección al Embalse de Grandas de Salime. El terreno es pedregoso hacia abajo, por lo que debemos tener cuidado. Las vistas comienzan a ser espectaculares, y lo serán aún más durante el progresivo descenso y cuanto más te acerques al embalse. Hay algunas zonas un poco inhóspitas, desnudas de árboles. En un momento dado he podido ver una excavadora trabajando sobre una ladera inclinada que me generaba vértigo con solo mirarla. Desde luego hay trabajos que jamás estarán suficientemente bien pagados.
Más adelante verás que se están llevando a cabo tareas de replantación de pinos, y te toparás con bandejitas de simientes que no son para que cojas un arbolito y te lo lleves de recuerdo...
El embalse impone con solo mirarlo de lejos. Es una construcción espectacular en un paraje que parece abandonado a su suerte, aunque sin embargo es todo lo contrario. Impone mucho más con el viento que hace, sobre todo si vas buscando una buena fotografía. En algunas ocasiones me ha costado sujetar el móvil. Antes de bajar a la altura del embalse, aún por la carretera, fíjate que a la derecha verás una puerta de hierro abierta y una especie de corto túnel que atraviesa la roca. No dejes de pasar, porque al otro lado te espera un mirador de aire sesentero en su diseño, de hormigón armado, suspendido sobre la ladera y con unas vistas increíbles. No te arriesgues demasiado queriendo asomar el cuerpo para sacarte una foto con el embalse abajo, porque más adelante vas a tener las mismas oportunidades.
La sensación en el embalse y su entorno es extraña, con esos edificios y casas construidos en la ladera de la montaña y completamente vacíos. Algunos de esos barracones pueden ser un buen refugio en caso de tormenta, y en su época debieron ser una delicia para vivir con preciosas vistas. En este punto yo ya llevaba la frente ardiendo una vez más por el sol, me quedaba poca agua, la Estrella Galicia se me repetía continuamente en mi mente..., así que decidí parar para almorzar en el Albergue Hotel Las Grandas que como un oasis se adivinaba en lo alto de la carretera. El menú no era demasiado elaborado para lo que estamos acostumbrados de etapas anteriores, con esas copiosas y deliciosas comidas caseras: de primero me comí unos espaguetis boloñesa y de segundo unos escalopes de pollo al "estilo madrileño" (estilo que acababa de conocer), flan de huevo de postre y cortado de café, y de nuevo a la carretera para continuar subiendo.
Caminaremos un largo tramo cuesta arriba por el asfalto, sin perder de vista el embalse que de nuevo nos quedará abajo. En un momento dado, a casi 2 km de Grandas de Salime, el camino nos desvía de nuevo hacia un sendero que subiremos a regañadientes, pero que merece la pena por su belleza y frescura para finalizar la etapa. Aquí me he encontrado una familia sentada en mitad del sendero, formada por una madre con su hijo y un precioso perro. Me dió pena porque me los volví a encontrar por la noche buscando albergue donde alojarse ambos con el perro, y al no encontrarlo el chico debía buscar donde poder montar la tienda de campaña para él y el animal.
Hoy me alojo en el Albergue Porta de Grandas, el primero que te vas a encontrar a la entrada del pueblo. Ha sido una buena decisión. Albergue amplio, luminoso y muy limpio. Delante del albergue una zona de esparcimiento a modo de pradera con mesas y bancos, y un largo tendedero donde ondean al aire las toallas de microfibra, camisetas técnicas y calcetines antiampollas. Enorme cocina comedor donde dispones de café e infusión para hacerte tú mismo a la mañana siguiente. Te darán edredón y toalla pequeña. Los baños igual de amplios, con vistas preciosas al pueblo desde una de las duchas y uno de los WC (lo siento chicas, me he duchado en el vuestro, pero es que era la mejor ducha...).
Para cenar, que ya no me apetecía menú, me recomendaron probar una de las hamburguesas del Café de Jaime, y os aseguro que están buenísimas, servidas en pan de cristal. Tienen varias a elegir, aunque yo elegí la básica, que enriquecí con diferentes complementos colesterolados...
Después de esto a descansar, que mis piernas ya se resienten y mañana serán 25 kms...
Buen Camino!
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