CAMINO DE SANTIAGO DE INVIERNO: DISFRUTAR DE PONFERRADA
19 y 20 de Octubre de 2023
Tras titubear entre el Camino Portugués por la Costa, el Camino Sanabrés desde Salamanca y el Camino de Invierno, este último es el que me ha hecho latir diferente el corazón para embarcarme en los preparativos de mi séptimo camino. El Camino de Invierno es el que usaban tradicionalmente los peregrinos que venían por el Camino Francés, enlazando en Ponferrada con un camino que les permitía en invierno salvar las duras nieves de O Cebreiro. Siguiendo el curso del Río Sil se adentra en Galicia tras abandonar Puente de Domingo Florez, uniéndose en Lalín a la variante sanabresa de la Vía de la Plata. Pasa por las cuatro provincias gallegas, por lo que lo califican como el "más gallego de los caminos" y cuenta además con el atractivo de pasar por la espectacular Ribeira Sacra.
Mañana comenzará por fin el viaje a mi Camino de Invierno. Va a hacer casi un año de mi último camino, por lo que este se me hace muy necesario para recargar baterías, desconectar, resetear, conectar de nuevo conmigo mismo y poner orden a mis pensamientos. En definitiva coger esas fuerzas que solo el camino me aporta. Será este un camino "Vicarie Pro", con todo lo que eso para mí significa. Si todo va bien continuaré después a Muxia, con la que tengo una deuda pendiente, y de nuevo Fisterra. He ido tomando nota de los consejos y detalles de todos aquellos que han compartido su experiencia antes que yo, a los que se lo agradezco infinitamente. Ahora toca hacerlo mío...
El miércoles 18 por la noche puse rumbo a Santiago de Compostela desde el Aeropuerto de Sevilla. En esta ocasión Santiago va a ser solo un lugar de paso, y puesto que llego de noche y debo de dormir allí, me he preocupado de reservar cama en un albergue lo suficientemente retirado de la Catedral de Santiago y la Plaza del Obradoiro como para no caer en la tentación de transitar cerca siquiera, que ambos puntos son la meta de mis caminos y no me parece adecuado pisar suelo sagrado sin haberlo comenzado siquiera.
Como viene siendo costumbre últimamente, Ryanair ha retrasado también la salida de mi vuelo, lo que supone que si debía aterrizar a las 22:40 ahora tocaremos tierra cerca de las 0:00 de la noche. Me han fastidiado mi plan, pues ya había localizado un Kebab con muy buenos comentarios cerca de mi albergue que cerraba a las 0:00 de la noche y me daba tiempo a cenar. Así que cambió de planes: decidí aprovechar el retraso para cenar en el Burger King del Aeropuerto.
Cuando por fin nos ha tocado embarcar ya de noche, al salir a la plataforma el aire olía a humedad, lo que vaticinaba lluvia. El vuelo ha sido de los más movidos: a las turbulencias solo les ha faltado ponerle voz al intento de obligar a una azafata a sentarse entre los pasajeros. Y se sentó...; Con decir que hemos tocado tierra rebotando y con un vaivén de lado a lado. Desde luego el trabajo de un piloto no està pagado ..., y por mí le podían dar un mes de días libres extra al que ha manejado nuestro avión.
Y por fin estamos en Santiago, lloviendo y estrenando la cazadora de este otoño (y pensar que esta noche pasada en Sevilla he dormido con el ventilador puesto). El bus estaba atestado de gente. He preguntado al conductor por la parada de San Roque, y me ha asegurado que si se acuerda me avisará. Aún así me afano en intentar atisbar a través de los cristales el entorno entre el contraste del interior del bus con la oscuridad y el vaho, a ver si reconozco algo. No ha hecho falta porque el conductor ha cumplido y desde su posición ha gritado "¡¡San Roque!!". Y allá que he bajado yo con mis dos mochilas y el chubasquero rojo ya puesto.
Sigue lloviendo..., y casi no hay un alma en la calle. Para dirigirme a la Rúa de San Pedro debo bajar una calle inclinada y me pregunto si funcionará la adherencia de las nuevas zapatillas para el camino que llevo puestas o bajaré de cabeza raudo y veloz como el reguero de agua que baja a mi lado. Unos metros más adelante un chico con una sudadera fina pasea a su perro bajo la lluvia, como si nada...; Se nota que es de esta tierra y está más que acostumbrado.
De pronto un campanazo me saca de mis pensamientos: ha sido la forma en que la Catedral me hace ser consciente de que sabe que estoy aquí, o me advierte que no me debo acercar al Obradoiro. A mi en ese momento, lloviendo en la oscuridad por Rúa de San Pedro y oyendo las campanas de la Catedral, se me vino a la cabeza una canción de Luar Na Lubre basada en uno de los seis poemas gallegos que escribió Federico García Lorca en 1935. Si Lorca puso letras que llaman a la imagen de las calles nocturnas y solitarias de Santiago lloviendo, Lugar Na Lubre con su voz ,su música y las campanadas del final nos sitúan en el Obradoiro ante la fachada de la Catedral :
Chove en Santiago
meu doce amor.
camelia branca do ar
brila entebrecida ao sol
Chove en Santiago
na noite escura.
Herbas de prata e sono
cobren a valeira lúa.
Olla a choiva pola rúa
laio de pedra e cristal.
Olla no vento esvaido
soma e cinza do teu mar
Soma e cinza do teu mar.
Santiago, lonxe do sol;
Agoa da mañán anterga
trema no meu corazón.
Esta noche dormiré en el Hostel SP55 by Bossh, donde ya me habían adelantado por WhatsApp y correo electrónico las instrucciones y códigos para acceder al alojamiento y cómo llegar a mi habitación, donde me había reservado una cama individual en una habitación para tres personas. Las otras dos camas, también estaban ocupadas por dos asiáticos que ya dormían, así que traté de hacer el menor ruido posible, lo justo para tomar una ducha caliente y distribuir la ropa que llevaba puesta para que se secara. Y he dejado que el sueño me acapare...
Por la mañana la alarma sonó a las 7:45. Antes ya estaban yendo y viniendo al baño mis compañeros de literas. He preferido madrugar para llegar con tiempo a la Estación de Autobuses y desayunar antes de coger el bus de ALSA que me trasladaría a Ponferrada con salida a las 10:45 h.
Una vez todo en orden y con la cara despejada, de nuevo a la calle..., y de nuevo me recibe la lluvia. Hago a la inversa el camino de ayer noche para regresar a la misma parada de bus en San Roque en la que me bajé viniendo del Aeropuerto, la cual se encontraba a pleno rendimiento de su capacidad con la gente apelotonada en el reducido espacio para guarecerse de la lluvia. Y allí me hice un huequito con mi mochila a la espalda. Una enorme pantalla muestra el tiempo que les queda a las diferentes líneas para llegar hasta este punto: Dios bendiga la paciencia de los compostelanos, porque ninguna espera bajaba de los 15 minutos. Sin embargo, para mí sorpresa el autobús 6A que venía del aeropuerto se ha presentado antes de lo que marcaba la pantalla. No soy el único peregrino que se dirige de buena mañana a la Estación de Autobuses: a los que ya venían se une una señora algo más adelante de mi parada, preocupada de en qué momento se tiene que bajar. Lo bueno es que se trata de la última parada, así que no hay equivocación posible.
Y estamos ya en la Estación de Autobuses, donde he entrado dirigiendo mis pasos directamente hacia la cafetería para tomar un calentito café con leche y unas buenísimas tostadas de tomate de las más curradas que he degustado nunca, con bastante tomate natural, aceite y un toque de peregil que me ha alegrado la oscura mañana de lluvia. Después he hecho tiempo en la sala de espera de la planta principal para bajar al andén justo con el tiempo de incorporarme al autobús sin tener que esperar abajo al aire libre. Aquí el conductor va dando instrucciones de dónde situar los equipajes en función de los diferentes destinos, e intenta hacer entender a un señor extranjero que debe ser él mismo el que le ponga la funda a su bicicleta y la introduzca en el maletero del autobús, algo de toda lógica que sin embargo al bicigrino le dejó contrariado...
Bajo la lluvia iniciamos nuestro recorrido. Será una jornada larga pues hasta las 15:00 de la tarde no está prevista nuestra llegada a Ponferrada. Me encantan estos recorridos en bus desde Santiago porque te evocan con sus paradas caminos anteriores que has realizado, como el Camino Inglés (La Coruña, Betanzos), el Camino Primitivo (Lugo) y el Camino Francés (Pedrafrita de O Cebreiro, Villafranca del Bierzo). La pena es que en lugar del Camino de Santiago parece que estemos transitando por Mordor, con ese cielo negro, nubes bajas, la lluvia y el viento que azotan el bus en su periplo. En estas mismas paradas van bajando peregrinos que como yo han elegido estos lugares como punto de inicio de sus caminos.
Me ha llegado un mensaje al WhatsApp de la lista de difusión del Centro de Día donde acogen a mi madre por las mañanas. Han realizado un vídeo por el 19 de octubre, Día de la lucha contra el Cáncer de Mama, con la participación de todos los usuarios y han confeccionado unos lazos rosas de papel que todos sujetan con las manos mientras cantan un trocito de la letra de una canción de Manuel Carrasco. Mi madre no articula palabra alguna, solo sujeta el lazo con las manos, y lo mira...; una vez más de miles de ellas, me entran ganas de llorar.
Desde que se le diagnosticó el Alzheimer a mi madre sufro cada día montones de minúsculos momentos en los se me cierra un nudo seco en la garganta, microinstantes en los que la pena me rompe por dentro, pero he tenido que aprender a controlarlos. No sé si eso será sano, pero no puedo hacerlo delante de ella, y aprieto la dentadura. Y me pasa cada vez que la miro y la veo tan frágil, cuando le doy de comer o de beber, cuando la tengo que cambiar de ropa y todas esas veces que la veo dejarse hacer con lo que ella ha sido para acapararlo todo y sacar adelante su casa y sus siete hijos; cuando me dan ganas de organizar una salida de excursión aunque sea de un fin de semana y me doy cuenta de que con todo lo que a ella le gusta, ya no tiene fuerzas para ello; cuando veo que su enfermedad la dota de una personalidad que no es suya, y me grita o me insulta, y me hiere ser consciente de que si mi madre estuviera bien se pegaría ella sola antes de levantarme la mano a mí o decirme una palabra más alta que otra; cuando la veo tan dependiente y cada vez más pequeña, y la recuerdo entonces conduciendo su coche e incluso yendo a buscarme al trabajo...; Ahora aquí en el autobús vuelvo a tener entonces otro de esos microinstantes, rodeado de gente extraña, y vuelvo a apretar la dentadura, y me lo vuelvo a tragar, y me escuecen los ojos mirando para otro lado...; A mi madre le dedico este camino, como los seis anteriores, solo que esta vez además será "Vicarie Pro", mis piernas serán las de ella, y para ella irán todas las indulgencias que merezca.
Me alojo de nuevo en el Albergue Guiana. Me gustó este enorme y moderno albergue cuando estuve aquí casi por estas mismas fechas el año pasado haciendo el Camino Francés desde Astorga, y en este caso además está justo al lado del punto de inicio del Camino de Invierno. Lo que no me esperaba es que estuviera al 100% de ocupación, según me ha comentado la persona de recepción que se ha puesto en contacto conmigo vía WhatsApp para confirmar mi reserva. Ya que iba a estar aquí dos noches, con la intención de poder tomarme un día para visitar por fin el Castillo de los Templarios y pasear por Ponferrada, me apetecía estar tranquilo y sin demasiado trasiego. Además tendré que dejar mi litera mañana a las 9:00 durante un rato para que pasen a limpiar, así que no ha sido una buena decisión esta vez tirar de albergue. Aún así me han dado litera baja pegada a la ventana al final de la habitación, y ya me encargaré yo de crearme mi cueva a salvo de luces...
Después de ocupar mi litera y sin perder demasiado tiempo, que a las 16:00 cierran las cocinas, me he ido a comer al Restaurante Doce Torres, justo en frente del castillo, y cuyos orígenes se remontan a 1957. Tienen menú por 18 euros y la comida es buena, en porciones normales. De primero una lasaña de atún y de segundo unas carrilleras en salsa con champiñones. De postre tarta de queso y todo acompañado de vino tinto. Lo que no me gustó fue la actitud de un camarero joven que vacilaba sin cortarse a otro camarero mayor que no sé si era su jefe. Este le indicó que me preparase una mesa en el comedor, ya que estaba sentado esperando a la entrada del restaurante. El joven le dijo que me podían servir donde estaba y el mayor le dijo que mientras hubiera mesas en el comedor, siempre se daba de comer en el comedor, "y ya lo hemos hablado", a lo que el joven le dijo, sin preocuparle que yo lo estaba oyendo, "lo haré cuando pueda". Finalmente fue el camarero mayor el que me preparó la mesa...
Finalizado el almuerzo me dirigí a la Basílica de Nuestra Señora de La Encina para conseguir mi credencial de peregrino. Según la leyenda, fueron los templarios quienes descubrieron escondida en el tronco de una encina la talla de la Virgen, que desde entonces fue venerada como Virgen de la Encina, siendo actualmente la patrona de Ponferrada y el Bierzo. La Basílica de hoy en día se asienta sobre los restos de la antigua Iglesia medieval de Santa María (siglo XII). Además de la Virgen de la Encina que preside el altar, cuenta con otras preciosas imágenes en diferentes capillas. En el momento que yo visité la Basílica no había nadie para atender ni en la Iglesia ni en las dependencias parroquiales, así que regresé al Albergue para dormir una siesta y volver por la tarde.
La siesta ha sido medio infructuosa con la llegada de unas peregrinas que no paraban de hablar aunque fuera en voz baja, y una familia que llegó después. Es lo que tienen los albergues...; Me he levantado de nuevo y he regresado a la Basílica, donde estaban rezando el Rosario. Aproveché un momento que el párroco aparecía por una puerta para meterse en otra de lado a lado del altar para acercarme y pedirle una credencial del peregrino, la cual me selló y entregó en la Sacristía. De la Basílica al supermercado GADIS cercano para comprarme algo ligero para la cena que me pueda preparar en la cocina del albergue, un par de sandwiches mixtos para meter en la tostadora y un par de yogures cremosos de fresa en envase de cristal. He compartido un ratito de charla con el amable recepcionista del turno de noche mientras cenaba, y temprano a dormir, que aún acumulo cansancio del viaje...
Parapetado en mi litera a modo de refugio, con esa larga toalla de microfibra que siempre uso como cortinilla para tener más intimidad y que mi luz o la de otros no moleste, he ido escuchando cómo marchaban todos los peregrinos por la mañana, después de abrir y cerrar doscientas mil bolsas y dejar caer al suelo ciento cincuenta mil calzados. Creo que son los dos sonidos más característicos del ajetreo hospitalario, además del clásico apertura y cierre de cremalleras, el rebusque en el neceser que se agita como el que agita la cucharilla en un vaso de Colacao, y el arrastre de las chanclas...; Me ha costado tener que levantarme para dejar la habitación expedita a las 9:00 de la mañana para su limpieza, pero me anima recordar que hoy visito el Castillo de Los Templarios de Ponferrada, visita que justifica que hoy me haya tomado un día entero en Ponferrada.
He descubierto de casualidad un lugar genial para desayunar en el camino desde el albergue a la Plaza del Ayuntamiento, la Churrería Chocolatería Alba. Ha sido una deliciosa aparición, y el antojo de churros ha sido inmediato con solo ver uno de los carteles que los publicitaba. Los churros los venden por unidades, y yo me he pedido diez ..., junto a un café con leche grande. No me ha sobrado ninguno, y con esa recarga de energía me he echado a la calle a intentar visitar con calma algunos espacios ya conocidos y tomar unas fotos. El problema es que hoy el clima tampoco acompaña, está nublado y no deja de lloviznar, pero aún así tomo unas fotos del Ayuntamiento y la Torre del Reloj (única puerta existente de la antigua muralla medieval) de camino al Castillo, y paro un ratito de nuevo en la Basílica, que casi siempre está vacía, para sentarme y deleitarme escuchando esa música que suena a cantos gregorianos y que a mí me relaja.
La entrada al Castillo cuesta 4 € para los peregrinos. No olvides llevar tu credencial para justificar el descuento, y además te llevarás el sello de recuerdo...; El Camino de Santiago, tan vinculado a la idiosincrasia de esta fortaleza templaria, se hace presente antes casi de entrar con ese mojón del Camino Francés que nos recibe antes de subir la rampa de acceso y al que tengo especial cariño al ser el primer hito de mi primer camino que se inició en este mismo punto en 2019.
En esta visita me ha acompañado la lluvia, el viento y un atrezzo adecuado a un día de invierno, como el camino que voy a iniciar mañana. A la entrada, una persona te explica el recorrido a seguir: ronda alta, ronda baja, castillo viejo, palacio nuevo, ronda del Sil...; en el recorrido, sucesivas torres y mejores vistas hacia Ponferrada y algunos de sus lugares de interés cercanos al Castillo. Me llamó la atención que en casi todas las estancias rehabilitadas y con sus ventanucos acristalados en un día como hoy no hacía ni frío y me imaginé como una oportunidad interesante poder pasar la noche en algunas de ellas. Las pocas personas que en ese momento poníamos la visita como una oportunidad importante por encima del mal tiempo, nos afanábamos en sacar las mejores fotos posibles de los exteriores y escudriñar cada uno de los recovecos de este impresionante castillo declarado Bien de Interés Cultural y Monumento Nacional desde 1924 que consigue trasladarte en el tiempo a pesar de todos los avatares sufridos en sus carnes a lo largo de los siglos (¡casi se llegó a construir un campo de fútbol en su interior!) episodios muy bien documentados y explicados en la visita.
De la experiencia de esta visita destaco dos lugares muy interesantes: la Biblioteca Templaria (con su entrañable chirrido del suelo de madera que delata tu presencia por todas las estancias solitarias y algún guiño a la escuela de Harry Potter), situada en la antigua Sala de los Azulejos del Palacio Nuevo, y la Exposición Permanente Templum Libri (donación al Ayuntamiento de Ponferrada de Antonio Valle García) con más de un centenar de obras y facsímiles entre códices y manuscritos de temática religiosa, ciencias y humanidades.
Me llamó la atención especialmente un facsímil de un libro en concreto nada más y nada menos que del año 1570 y con una temática de rabiosa actualidad para el Camino de Santiago y los peregrinos: se trata del Bestiario de Don Juan de Austria, único bestiario en lengua castellana del mundo, procedente de la Biblioteca del Monasterio de Santa María de la Vid (Burgos). Esta joyita que captó mi atención por el dibujo de dos insectos, estaba abierta precisamente en una página con un relato sobre las temidas "chinches" que describe tal que así: "Entre todos los animales nocturnos que rompen el reposo y dulce sueño ninguno se halla tan cruel, enojoso y pestilero como la chinche que nos comen a bocados y chupan la dulce sangre y con un hedor infernal...". Por lo tanto, esto que hoy llaman plaga y que muchos peregrinos y sus alojamientos han sufrido se viene sufriendo al menos desde el tercer cuarto del siglo XVI. Y me pregunto entonces si ahora que en los diversos foros se clasifican a los peregrinos según recorrido, peso portado e indumentaria, a ver si ahora va a resultar que uno no es "buen peregrino" si no ha sido seleccionado por una chinche como viene ocurriendo desde hace siglos ...
Finalizada la visita al Castillo, del que me llevo hasta un curioso número de lotería, entré en una tienda de souvenirs cercana a comprar un imán de la ciudad, como hago en todos los lugares a los que dedico al menos una jornada completa para visitar. La amable empleada me orientó sobre cómo podía acercarme a tomar fotos del puente de hierro (Puente Cubelos) en cuyo origen está el nombre de Ponferrada ("Pons Ferrata"), y que ya no es un puente de hierro como tal, lo que hace que muchos visitantes lo confundan con otro puente cercano construido para el paso de una vía férrea (Puente del Ferrocarril del Barrio de las Quintas), o el cercano Puente García Ojeda junto al Castillo. El Puente Cubelos o Pons Ferrata se remonta al año 1086 y se construyó para facilitar el paso de los peregrinos que realizaban el Camino de Santiago. Por lo visto contaba en su origen con destacados elementos elaborados con hierro, y de ahí se le conoce entonces como " Pons Ferrata".
Aprovechando que el sol se abrió paso y comenzaba a hacer hasta calor, allá que me fui a dar un agradable paseo por las dos riberas del río Sil que cuenta con senderos de tierra entre preciosas zonas boscosas que nos traen perfumes de lo que nos vamos a encontrar en las sucesivas etapas del Camino de Santiago que vamos a iniciar. El acceso a estos senderos es fácil de encontrar desde cualquiera de los extremos del Puente García Ojeda.
Después de este paseo para completar la mañana y sacarle jugo a la visita a la ciudad, era hora de almorzar, lo que hice en el Restaurante La Fonda, en la Plaza del Ayuntamiento. Situado en la primera planta de un viejo edificio que parece vecinal se encuentra este establecimiento con buen y económico menú del día para almorzar (cuenta también con cenas). Lo que volvió a sorprenderme como si de una costumbre fuera, es la actitud del camarero joven que me atendió, de nuevo suplantado para finiquitar el buen servicio por una señora mayor, lo que me llevó a pensar si esta forma de trabajar de los jóvenes en las hostelería que parecen incapaces de atender varias mesas a la vez o montar una mesa de principio a fin es realmente desgana, saturación mental o un comportamiento típico y tranquilo y soy yo el impaciente.
Después del almuerzo y satisfecho, me dirigí de nuevo al albergue para una merecida siesta. En mi habitación ya estaban mis nuevos compañeros peregrinos llegados del Camino Francés a lo largo de la mañana, todos hombres en está ocasión, y se notaba..., todos durmiendo, resoplando y roncando, y yo feliz que iba a poder dormir una siesta del tirón.
El reloj programado para despertarme con tiempo suficiente para ir al supermercado GADIS a comprar los víveres necesarios para el almuerzo, cena y desayuno de mañana en el albergue de Villavieja. Me he comprado hasta un paquete surtido de sobres de café soluble ya mezclado con leche y azúcar: menos mal que hoy en día hay en el mercado una variedad de alimentos preparados y listos para llevar y solo calentar sin tener que prescindir de una buena alimentación y pasar hambre. Como alimentos de base para la mochila he comprado una buena cuña de queso curado, un trozo de chorizo dulce de la zona y un paquete de picos integrales en sustitución del pan. Creo que no lo voy a pasar mal...
Durante la cena, con un sandwich mixto de tostadora del paquete que me compré ayer y otro yogur cremoso, he conocido a Luke, un chico canadiense que está realizando el Camino Francés y que cuando termine se dirigirá a Nepal, un lugar que me gustaría visitar alguna vez en la vida. Hemos charlado hasta tarde, enfilando ambos el camino hasta nuestras literas cuando ya lo habían hecho casi todos los peregrinos y el recepcionista ponía orden en la cocina, Luke para descansar y afrontar la etapa que le llevaría hasta Villafranca del Bierzo, y yo nervioso ya pensando en el nuevo camino que iba a comenzar mañana, y si todo va bien, con mejor climatología que hoy. La mochila ya la he dejado casi lista, la ropa preparada, aunque me cuesta ahora adivinar dónde he colocado algunas cosas. Aún no sé si la hora elegida es demasiado tarde, demasiado pronto...: esos "tics" que nos explotan en la cabeza el día antes de sumergirnos en el camino que tanto tiempo llevamos deseando. Los echaba de menos...
Buen Camino!
INFORMACIÓN PRÁCTICA Y ENLACES:
Rúa de San Pedro, 55 ( Santiago de Compostela)
+34692416730
Avda. del Castillo, 112 - 114 (Ponferrada)
+34987409327
info@albergueguiana.com
C/ Obispo Camilo Lorenzo, 2 (Ponferrada)
+34987413381
albergue@sannicolasdeflue.com
Avda. del Castillo, 145 (Ponferrada)
+34987404925
C/ de los Jardines, 8 (Ponferrada)
+34687092089
Plaza Virgen de la Encina, s/n (Ponferrada)
Avda. del Castillo, s/n
+34987402244
Plaza del Ayuntamiento, 10
+34987831643
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Guardián: comparte tu posición con los tuyos o con los servicios de rescate. Tu posición será enviada periódicamente para que puedas ser localizado rápidamente en caso de incidente.
Avisos localizados: recibirás un aviso en tu móvil si hay una emergencia de seguridad en la zona en la que te encuentras.
Acceso universal: adaptada a personas sordas e invidentes. Incorpora un traductor automático para poder comunicarte con las FFCCSE en más de 100 idiomas.
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Buenas noches
ResponderEliminarTengo previsto hacer el camino para abril. Me podrías mirar el transporte de mochilas, pues por una lesión
no puedo llevar. Gracias
Jajaja, gracias por pensar en mí para esa labor, pero yo no soy una agencia, soy un peregrino más contando su experiencia. No obstante no te preocupes que hay agencias que podrán hacerte ese trabajo y no será necesario que lo planifiques con tanto tiempo de antelación. Recuérdamelo un mes antes y te consigo un par de teléfonos. Un saludo.
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