4a ETAPA CAMINO DE SANTIAGO DE INVIERNO: O BARCO DE VALDEORRAS - A RÚA DE VALDEORRAS (13,10 kms).



24 de Octubre de 2023.

He dormido del tirón esta noche y he descansado. Ha ayudado el hecho de que la habitación daba a un patio interior donde solo se oían las gotas de lluvia cayendo a plomo sobre los salientes, y que dejé la habitación completamente a oscuras. Tan agusto he dormido que he apagado el despertador y lo que iban a ser cinco minutos con un pié en la realidad y otro haciéndole la cucharita a Morfeo, ha sido media horita larga y llego tarde al desayuno. 

Me he levantado corriendo para lavarme la cara y vestirme con la ropa limpia que Silvia me lavó ayer, para bajar a continuación a la cafetería que el Hostal tiene justo abajo en un local de este mismo bloque de pisos, y que no está abierto al público. Cerraron la cafetería con el confinamiento en 2020 y después les costó reabrir, así que decidieron, de momento, dedicarse solo a sacar adelante este cómodo  Hostal que acoge peregrinos todos los días. En la cafetería ya habían finalizando el desayuno el grupo de peregrinos con los que coincidí en Casa Rosa, que ocupaban una mesa larga. Junto a la barra tenía preparada mi mesa con los cubiertos, vaso y surtido variado de aderezo para las tostadas. 

Silvia me ofrece un estupendo café con leche, bizcocho y zumo de naranja. Nos despedimos del grupo, que ha decidido, debido a la lluvia, no hacer parada en A Rúa, sino adelantar hasta Quiroga, y después charlé largo rato con Silvia mientras desayunaba. Hablamos sobre O Barco, sobre mi deseo de volver alguna vez en verano para bañarme en el río (me comentó incluso que hay peregrinos que en verano llegan a O Barco y no continúan más allá de la playa fluvial hasta la tarde para dirigirse entonces al Hostal), sobre el camino y sobre su alojamiento que me ha parecido uno de los mejores refugios para el peregrino, por su amabilidad y todos los servicios incluidos en el precio. 

Me he despedido de Silvia y he salido por fin a la calle. En este momento no llovía, así que he prescindido del poncho: craso error, porque saliendo de la localidad he tenido que parar junto a un banco para despojarme de la mochila y ponérmelo al comenzar a llover fuerte. He cometido otro error tonto: tanto la guía de Gronze como Silvia, recomendaban salir de O Barco siguiendo el plácido y bonito curso del Río Sil por el paseo del Malecón, pero sin darme cuenta he seguido las señales que nos llevan por otro recorrido que tiene sentido si se va a subir al Monasterio de Xagoaza o si nos dirigimos al Albergue Público, y que es 1,3 kms. más largo. Así que me he comido algunas cuestas bajo la lluvia que habrían sido innecesarias porque el paisaje no es mejor por aquí ( asfalto, viviendas y naves comerciales), salvo alguna construcción interesante.

Un señor se ha detenido a saludarme y ha entablado una conversación conmigo donde él llevaba la voz cantante. Después de interesarse por mis orígenes y punto de partida ha estado contándome cosas del entorno, del camino, de la gente y el pueblo. Y yo encantado lo he dejado hablar, porque es una de las cosas que más placer me da en la vida, escuchar historias, sobre todo si vienen de gente mayor que se retrotraen a tiempos pasados para hacerte partícipe de la película de su vida o que se convierten en embajadores del lugar donde te encuentras para que lo conozcas a fondo. 

Lo asumo, soy uno de esos que dicen solo hay uno entre mil personas a los que determinados sonidos y observar determinados gestos cotidianos o parsimoniosos, y en mi caso también  escuchar, le relaja hasta el extremo, lo que llaman ASMR ("respuesta sensorial meridiana autónoma" en castellano) o también sinestesia. Y así hemos estado al menos un placentero cuarto de hora, él con su paraguas y yo refugiado en mi chubasquero y descansando sobre mis bastones escuchando.







Tras dejar atrás un monótono tramo llegaremos al lugar donde se une el camino que viene desde O Barco siguiendo  el Río Sil, y caminaremos un rato largo por carretera hasta que nos topemos de frente con una bifurcación que nos propone un camino alternativo siguiendo la ribera del Río Sil, de 728 metros, o continuar en paralelo a la vía del tren 593 metros hasta llegar al pueblo de Arcos. Ni qué decir tiene que opté por el tramo alternativo junto al río, y os aseguro que no tiene desperdicio...; a un camino tranquilo y solitario rodeado de castaños de gran porte y acompañado por la inmensa lámina del Río Sil que en algunos puntos parece que nos situa en una isla, se une el atractivo de un puente colgante que me tuvo un rato con subidas y bajadas de adrenalina. 

Me encantan los puentes y sus vistas, y aunque estén apartados del camino o no sean de paso obligado me gusta subirme a ellos, pero este me puso a prueba al descubrir que era totalmente colgante, y que el viento y la lluvia reinante en un día desapacible como el de hoy lo hacía moverse de un lado a otro incluso sin peso alguno sobre él: imaginaos conmigo intentando caminar y cargando la mochila. Lo intenté un par de veces porque me daba pereza quitarme el poncho y la mochila, mirando hacia abajo la corriente veloz del río, hasta que el continuo vaivén liberó un mensaje automático en mi cabeza que decía, "¿qué necesidad?". Así que guardo el paseo hasta el otro lado en la "Bolsa de Pendientes" para otro próxima ocasión menos convulsa, y dejo a continuación un vídeo para que futuros peregrinos decidan si les apetece la experiencia en las mismas circunstancias.









Dejando atrás Arcos me he dirigido hacia la vía del tren buscando un paso hacia el otro lado que me permita llegar hasta Vilamartín de Valdeorras, que cuenta con todos los servicios, para tomarme un vino con un pincho de tortilla en el bar mas cercano y así sellar la credencial en un punto intermedio de la etapa de hoy. 

Siguiendo el curso de la vía he llegado hasta un paso inferior que salva la vía del tren, y caminando hacia la derecha GPS en mano me dirigí hasta el Bar Santos, que desgraciadamente no ofrecía comidas en ese momento, tan solo la posibilidad de comer pulpo recién cocinado de un tenderete instalado en la puerta al aire libre. La pena es que, como ya he comentado  en alguna otra entrada, no soy especialmente amante del pulpo ni de la mayoría de productos del mar, así que me conformé con un café con leche.

En el camino de regreso hasta el Río Sil, he pasado junto al Albergue Municipal, muy bien ubicado en una zona muy tranquila junto a un área deportiva y cercano al río llamado O Bañadoiro, donde un embarcadero flotante ha vuelto a poner a prueba mi valor al moverse con mi peso y la ocurrencia de hacerme un vídeo girando sobre la plataforma para intentar captar el precioso entorno desde ese punto sobre el agua.





Ha comenzado de nuevo a llover fuerte, y lo que podía haber sido un plácido tramo hasta la presa del Embalse de Santiago (o de Valencia do Sil) se ha hecho monótono e incómodo mirando hacia abajo para salvar el agua que golpea la cara. Mención aparte para la presa, que también en un día gris como el de hoy se presenta imponente y amenazante con su enorme estructura y toda la fuerza del agua que le llega. Me fascinan estas megaconstrucciones hechas por el hombre, muchas de ellas décadas atrás sin las ventajas de las infraestructuras y maquinarias modernas de hoy en día, y ahí están haciendo su trabajo.




Una vez dejado atrás la presa comienza un peligroso tramo oficial por carretera que nadie recomienda realizar y un panel nos advierte de ello, por lo que es preferible cruzar la carretera y continuar por el camino alternativo que nos ofrecen. El camino alternativo es además bastante bonito por un sendero rodeado de naturaleza paralelo a la carretera pero en altura, y te ofrece bonitas vistas si echas la vista atrás. Y así llegamos por fin a A Rúa de Valdeorras...






Entrar en A Rúa se me ha hecho largo y tedioso. Por más que caminaba siguiendo las señales y el camino oficial, este parecía rodear la población en lugar de adentrarse en él, y no sabía en qué momento desviarme hacia el centro urbano. Para colmo, de pronto el cielo se puso de parto rompiendo aguas como si no hubiera un mañana. En cuestión de minutos me he empapado lo que no me había mojado en toda la etapa desde O Barco, y el poncho perdió toda su funcionalidad. 

Un nuevo cartel junto lo que ya parecía la entrada del pueblo, propone un recorrido alternativo y más corto por un tramo que pasa por lugares pintorescos: solo a mí se me ocurre que a pesar de la que me está cayendo se puede aprovechar para ver algunos de los lugares significativos de la zona, y allá que tiro por un camino de subidas y bajadas que de nuevo parece sacarme hacia el entorno rural y me aleja del pueblo. Tras arrepentirme de mi decisión y empezando a entrar en desesperación saco el GPS para que me lleve hasta mi alojamiento, entrando por fin al pueblo a la altura de la Plaza Enriqueta Casanova, donde se encuentran la Iglesia de Nuestra Señora  de Fátima, un Cruceiro y el inconfundible edificio de piedra del Hostal O Pillabán, aunque este no será mi alojamiento.




Me sorprende el GPS, que para alimentar la risa de quién esté moviendo los hilos de mi desconcertante entrada en A Rúa, me lleva ahora por un estrecho y serpenteante caminito de tierra entre lindes de parcelas y casas hasta desembocar en la Rúa do Progreso. Aquí encontré por fin al otro lado de la calle el oasis donde parar a quitarme parte de la ropa mojada, entrar en calor y llenar el estómago: el Restaurante A Lareira, donde pude disfrutar de un buenísimo menú del día a base de cocido de judías (del que me comí dos platos) y filete de ternera con patatas, acompañado de buen vino y mejor postre. No se imagina la amable hostelera el bien que me hicieron en ese momento...

Totalmente recompuesto y con el espíritu más alegre, he enfilado la misma Rúa do Progreso hacia la izquierda para dirigirme por fin a mi alojamiento, la Pensión Fabio, donde ya había llamado con anterioridad para confirmar la reserva y me dijeron que si no había nadie en recepción, la llave de mi habitación estaría lista sobre el mostrador. Sin embargo sí había un chico joven para recibirme y orientarme también un poco sobre la ubicación de supermercados y cómo incorporarme al día siguiente al camino. 

He flipado literalmente con la habitación que me han asignado por 22 €: enorme y luminosa, limpia, con calefacción y dos camas, moderna y con un espacioso baño con ducha efecto lluvia. Me ha dado hasta reparo caminar por ella con las botas puestas llenas de barro y la ropa mojada, ropa que he extendido por donde he podido para poner a secar aprovechando el flujo de aire caliente de la calefacción.

Después  de una buena ducha caliente y una siesta reparadora, tocaba ir, ahora ya sí con ropa seca, al supermercado cercano en la misma calle para comprar repuesto de embutidos para los alimentos de base de mi mochila, algo de fruta y algunas golosinas y chocolates para esa ansiedad de azúcar que me entra por la noche. Al salir he paseado un poco antes de volver, y ha captado mi atención la música que salía del Café Bar O Retorno, donde un grupo folklórico parecía que lo usaba como local de ensayos, y tan animosa era la música que no pude evitar entrar y acoplarme en una mesa para escucharlos tocar y cantar mientras disfrutaba de dos copas de vino garnacha y las tapas que me ofrecieron. Ha sido este un momento precioso para rematar un día pasado por agua donde se hace necesario sacar a flote la alegría, así que aquí comparto un chute de vitamina para el alma:


Mañana si Dios quiere camino una larga etapa hacia Quiroga por un recorrido sin servicios. Espero que la climatología sea benigna y me permita disfrutarlo.

Buen Camino!


INFORMACIÓN PRÁCTICA Y ENLACES:

Avda. Conde de Fenosa, 34 (O Barco de Valdeorras)
+34988347044
+34608573480
+34669399360
info@lagrantortuga.com

C/ Miguel de Cervantes, s/n (Vilamartín de Valdeorras)
+34988300096

O Bañadoiro, s/n ( Vilamartín de Valdeorras)
+34679846879

Rúa do Progreso, 85 (A Rúa de Valdeorras)
+34988310235

Rúa do Progreso, 202 1° D (A Rúa de Valdeorras)
+34636897217
fabiosanchezjares@hotmail.com

Albergue de hospitalidad tradicional (donativo), que abre sus puertas el 15 de marzo de 2024. Gestionado por la Asociación Galega de Amigos do Camiño de Santiago (AGACS). Ofrece cena y desayuno comunitarios.
Avda. Vilela, 32 (A Rúa de Valdeorras)

Rúa Felgar, 36 (A Rúa de Valdeorras)
+988310864
 





App de seguridad ciudadana de la Policía y la Guardia Civil. Canal discreto y eficaz para solicitar ayuda de las fuerzas de seguridad ante cualquier hecho del que seas víctima o testigo. Entre sus principales funcionalidades destacan: 

Chat: contacta a través del chat, envía fotos y vídeos y obtendrás una respuesta inmediata desde el centro de Policía o Guardia Civil más cercano a tu posición.

Botón SOS: protección reforzada para colectivos vulnerables. Envía una alerta urgente al centro policial más cercano junto con tu posición y una grabación de audio de 10 segundos de lo que está pasando.

Guardián: comparte tu posición con los tuyos o con los servicios de rescate. Tu posición será enviada periódicamente para que puedas ser localizado rápidamente en caso de incidente.

Avisos localizados: recibirás un aviso en tu móvil si hay una emergencia de seguridad en la zona en la que te encuentras.

Acceso universal: adaptada a personas sordas e invidentes. Incorpora un traductor automático para poder comunicarte con las FFCCSE en más de 100 idiomas.


SIGUIENTE ENTRADA > 5a ETAPA CAMINO DE SANTIAGO DE INVIERNO: A RÚA DE VALDEORRAS - QUIROGA (29,48 Kms).

< ANTERIOR ENTRADA 3a ETAPA CAMINO DE SANTIAGO DE INVIERNO: PUENTE DE DOMINGO FLÓREZ - O BARCO DE VALDEORRAS (18,58 Kms).

Comentarios

ENTRADAS POPULARES:

1a ETAPA CAMINO DE SANTIAGO PORTUGUÉS INTERIOR: VISEU - ALMARGEM (15,2 Kms.)

CAMINO DE SANTIAGO PORTUGUÉS INTERIOR. Oporto: segundas partes también son buenas .

CAMINO DE SANTIAGO PORTUGUÉS INTERIOR. Viseu: una janela medieval.