Un cajón para recopilar experiencias, desahogos y reflexiones, pero sobre todo, un lugar para compartir. Realizando el Camino de Santiago descubrí que soy MÁS YO Y MÁS FELIZ, y que compartirlo en los foros de los diferentes caminos ha ayudado y animado a mucha gente a aventurarse a hacerlo o simplemente desplazarse y vivirlo con el pensamiento. Sirva entonces este lugar como punto de encuentro de todas esas publicaciones que se perdieron en Facebook...
2a ETAPA CAMINO DE SANTIAGO DE INVIERNO: VILLAVIEJA - PUENTE DE DOMINGO FLÓREZ (20,12 Kms).
Obtener enlace
Facebook
X
Pinterest
Correo electrónico
Otras aplicaciones
22 de Octubre de 2023.
He dormido casi del tirón esta noche, de no ser porque me he tenido que levantar de madrugada a evacuar aguas menores, algo que curiosamente solo me ocurre diariamente cuando estoy haciendo el camino, no sé si debido al agua de por aquí arriba o al exceso de ella. Cuando me he levantado he sido consciente de lo "solitos" que estábamos Mary Louise y yo durmiendo en cada extremo de aquella habitación. El silencio era máxime, dentro y fuera del albergue, el ruido lo ponía yo con el arrastre de las chanclas hasta el baño. Por lo demás he dormido placenteramente, y precisamente la ausencia de almas habrá tenido mucho que ver en ello. Incluso he dejado pasar un ratito más bajo la manta aprovechando que aún era de noche cuando ha sonado el despertador.
Me animé a incorporarme cuando se ha levantado Mary Louise y veía que hacía todo sigilosamente y con la luz del móvil encendida para no molestarme, así que le dije buenos días y la invité a encender sin problemas la luz de la habitación. Me asomo por la ventana y aún se aprecia hacia abajo el manto de oscuridad salpicado de luces blancas y amarillas de las farolas encendidas, a las que se unen ahora las luces de nuestro albergue. Las luces forman pequeñas aureolas a su alrededor engullidas por las copas de los árboles que destacan por encima de las viviendas, no se ve nada más. Tengo ganas de que amanezca para disfrutar de un paisaje que seguro va a ser inolvidable.
Aseado y con la mochila preparada he bajado a desayunar: cafelito soluble de sobre y unos bollos rellenos de chocolate que compré para esta ocasión de los cuales he engullido dos. Me he asomado un momento a la puerta taza de café en mano, y se siente el frescor frío de la mañana en las mejillas y el aroma limpio del aire, que se disfrutan más cuando pones todo el esfuerzo del mundo, en un lugar donde te sientes bien, para hacer de cada minuto un momento único.
He buscado la escoba y el recogedor, me he dado cuenta con las botas puestas de que están soltando pequeños trozos de barro seco que tenían incrustadas y no iba a dejarlo así a la vista sobre el suelo de madera, así que he subido también a la habitación siguiendo el rastro. Habiéndose apartado la noche he abierto por fin el balcón para disfrutar de las vistas de este amanecer desde arriba. Me ha seguido Mary Louise que salía en ese momento del baño, y allí estábamos los dos embelesados viendo cómo además estaba empezando a instalarse una capa de niebla que bajaba montaña abajo. Definitivamente no me importaría quedarme aquí una semana entera...; He aprovechado para pedir a Mary Louise una foto juntos de recuerdo para el Blog, y a continuación dejo testimonio de esta preciosa mañana y nuestra foto en el balcón:
Lo tengo todo dispuesto para salir a caminar . Mary Louise aún se prepara su desayuno, así que me despido de ella. Antes le he regalado una estampa en color sepia de Nuestro Padre Jesús de la Salud, de la Hermandad de Los Gitanos de Sevilla, a la cual pertenezco, para que la proteja siempre. Se la ha guardado en el bolsillo de su chaleco, ese chaleco que junto con su sombrero le dan un porte de elegante aventurera en África, y esta es la imagen con la que la voy a recordar siempre...
Me despido también del albergue, al que me cuesta tener que abandonar, y camino hacia abajo por las calles de Villavieja buscando de nuevo el inicio del sendero de castaños que recorrí ayer camino del Castillo de Cornatel. Huele a chimenea y solo se escuchan los pájaros y los habitantes de algún gallinero cercano.
El Castillo se muestra hoy más temible cuando se divisa a lo lejos envuelto en la niebla o nubes bajas que están serpenteando por estas montañas. Ha comenzado a chispear, y me quejo interiormente por la posibilidad de que la lluvia enturbie la jornada y poder disfrutar del día de hoy con todo lo que tiene que ofrecerme, principalmente la visita al Monumento Natural de Las Médulas que quiero recorrer todo lo posible antes de dirigirme hacia Puente de Domingo Flórez. Me he puesto como objetivo ineludible además subir al Mirador de Orellán, pues sin este desafío me parecerá que la visita ha sido incompleta. He leído en internet sobre alguna alternativa que hay desde Borrenes para llegar directamente a Orellán abandonando el camino oficial, pero también encontré en un blog otra alternativa desde el mismo recinto de Las Médulas y espero que en el Centro de Recepción de Visitantes puedan ampliarme la información y orientarme para aprovechar al máximo la visita y poder regresar al camino no demasiado tarde.
He optado por no ponerme el chubasquero y aguantar el "chirimiri" con mi chaqueta puesta, a ver si las nubes pasan y puedo caminar con normalidad, y ha sido una decisión acertada porque ha dejado de llover e incluso el cielo empieza a clarear. Cuando llego a la explanada del parking del Castillo solo hay un vehículo a esta temprana hora de domingo, imagino que de la empleada de la taquilla. Camino carretera abajo, ahora ya sí, dejando atrás el Castillo de Cornatel. No puedo evitar girarme de vez en cuando a observarlo según me alejo, porque me sigue atrayendo su estampa. Como me atrae el paisaje que se adivina a lo lejos, donde la niebla sigue planeando. Caminaremos largo rato por el arcén de la carretera hacia abajo dirección a Borrenes, carretera que adelante y hacia atrás se muestra fantasmagórica, pues no hay nada de tráfico.
Entrando en Borrenes por la Calle Campelo levanto mis bastones y ya no los vuelvo a usar hasta la salida del pueblo: la ausencia de gente por la calle delata que aún hay gente descansando en sus casas, y no quiero hacer ruido con el taco de la punta de mis bastones golpeando sobre el asfalto. A lo lejos veo venir una señora mayor caminando despacio y pensativa, con sus manos metidas en los bolsillos de su babilón (o bata) a cuadritos celestes y blancos. Tras darnos los buenos días le pregunto por la posibilidad de que hubiera un bar abierto donde poder completar el desayuno de hoy, pero me contestó que a estas horas no había nada, aunque si me desviaba a la derecha hasta la carretera, allí había una Venta. Yo no me desvié para no restar más tiempo a la visita a Las Médulas, pero para los interesados o poco previsores en Villavieja, la carretera es la N-536: se puede acceder directamente por la Calle Abajo, y una vez lleguemos a la carretera girar a la izquierda, donde un poco más adelante se encuentra el Restaurante Las Ventas.
Continuando por la Calle Campelo llegamos a la Ermita de Nuestra Sra. De la Consolación. Aquí mismo se ubicaba desde el siglo XVI (1580) hasta finales del siglo XVIII un antiguo Hospital de Peregrinos. Un dato curioso es que el 10 de diciembre de 1701 visitó el Hospital el Abad de Villafranca, mandando que "a los pobres, estando enfermos, se les dé todo lo necesario y a los peregrinos un par de huevos fritos o sustento para una comida". Del Hospital ya no queda nada, y la Ermita es un edificio de piedra muy nuevo y original con tejado de pizarra. Se me ha ocurrido que sería ideal y original que de alguna forma el pueblo recuperara o integrara en alguna festividad la tradición hospitalaria de ofrecer un par de huevos fritos a los peregrinos, ahora que transitamos por caminos faltos de conocimiento y respeto a tradiciones inherentes a la peregrinación que se están olvidando en aras de un turismo de tránsito rápido. Yo ahí lo dejo...
Al llegar a la Plaza del Ayuntamiento continúo por la Calle Coselinos, dejando atrás una curiosa escultura con forma de árbol a modo de rotonda frente al Hotel Rural Cornatel Médulas y el toque acampanado de las horas que marcaba el reloj de la plaza. En este tramo he sido testigo de un triste episodio de supervivencia animal en la naturaleza: me paré a observar a un gato que no apartaba la vista de un punto concreto junto a un regajo de agua, con movimientos sincronizados rápidos de cabeza, cuerpo, patas y rabo en alerta. Ni siquiera reparó en mí, tan concentrado que estaba en eso que tanto le interesaba, hasta que se lanzó de un salto hacia ese punto. Después de esto, la tragedia...: en su boca traía alguna pequeña criatura de poco pelo que estiraba las patitas, y cuando reparó en mí se me quedó mirando paralizado con los ojos abiertos como platos y la criaturita sobresaliendo de su boca de lado a lado, con una mirada que parecía que me decía: "yo no he sido, esto ya estaba ahí tieso, yo lo iba a enterrar te lo juro".
Pasaremos junto a un Horno Comunal restaurado por la Junta Vecinal de Borrenes que se parece más a una casita o local privado. Los hornos comunales, con horno de leña, eran usados antiguamente por turnos por los vecinos del pueblo para hacer pan, siendo además un punto de encuentro para socializar, y me imagino que para compartir noticias tardías y cotilleos varios.
Pronto nos sumergimos ya en un agradable sendero de tierra por terreno llano y arbolado en sus márgenes coloreados de amarillo y ocre tal y como mandan los cánones del otoño. He llegado al cauce de un riachuelo que atraviesa una pequeña pasarela de madera. El cauce se encuentra seco a pesar de la lluvia de días anteriores y solo muestra la grava del fondo, así que he aprovechado para sentarme sobre la pasarela y despojarme un rato de la mochila y la chaqueta, ya que comienzo a tener calor. He sacado una caja de dátiles que compré en Ponferrada, y en su degustación me encontraba cuando me ha parecido sentir un quejido, pero no divisaba a nadie a mi alrededor. Sin embargo al poco tiempo ha aparecido sobre los matojos que tapan la curva del sendero la figura de Mary Louise cargando su mochila. Nos hemos reído al vernos, y se ha sentado un instante junto a mí para comerse un dátil y continuar después caminando. Yo me he quedado un ratito más en solitario, y le dije que después la alcanzaría. En este mismo punto se encuentra la bifurcación señalizada que te permite acercarte si lo deseas a Carucedo, que cuenta con todos los servicios, aunque yo opté también por continuar hacia Las Médulas.
Después de un rato caminando por una pista forestal en ascenso llegaremos a la carretera LE-6202. A tu derecha verás el fondo Carucedo, y a la izquierda la carretera continúa hasta Las Médulas. Nosotros debemos cruzar la carretera un poco más adelante, y continuamos por un camino de tierra. Sigo viendo delante mía a lo lejos a Mary Louise, y me llega desde su altura el sonido de pequeñas campanitas por lo que me imagino que se toparía con un rebaño de cabras y ovejas. Sin embargo la historia iba a ser bien distinta...; a un lado del sendero, enganchado entre las ramas de un árbol me encontré el siguiente letrero escrito a mano con rotulador sobre un simple trozo de cartón, y que supongo fue colgado de ayer para hoy:
Por su ubicación, pensé que alertaba a las transeúntes de no abandonar el camino para introducirse en el campo y no le di mayor importancia al hecho de que estuvieran cazando en la zona ni me sentí inseguro por ello. Girando por el camino hacia la izquierda continuaba divisando a Mary Louise, y delante de ella un señor con chaleco fosforito seguido de unos perros de los que colgaban las campanitas que llevaba un rato escuchando. Imaginé entonces que este señor colaboraba con los cazadores y que los perros los usaban para levantar la caza. Un poco más adelante se veían ya los vehículos de los cazadores con los característicos remolques para transportar los perros aparcados en el mismo camino. Seguí sin darle importancia, no escuché ningún disparo, incluso di los buenos días a los cazadores que me crucé, y continué caminando y haciendo fotos.
Lo que me puso en alerta fue cuando casi al terminar este tramo para salir a la carretera vi que estaba cortado con una cinta de plástico roja y blanca de lado a lado del camino y una señal vertical que anunciaba peligro por batida de caza: esto quiere decir que estábamos caminando dentro de la zona de caza. Justo en ese momento dos señores procedían a retirar estos elementos tras saltar nosotros por encima, pero le pregunté si había algún problema o posible peligro, contestándome uno de ellos que "lo raro era que no nos hubiesen dado un tiro". Le pregunté entonces preocupado y sorprendido que si no respetan la zona de paso del Camino Oficial de Santiago, y me contestó que él "había pagado por usarlo y yo no" y que "si no había visto que el camino estaba cortado abajo como aquí arriba". Le informé entonces de que abajo no había ningún elemento de seguridad que cortara el camino como aquí, sino un simple cartón escrito a mano a un lado del camino, y que este era el paso natural de los peregrinos. Le pregunto que por dónde debíamos caminar entonces los peregrinos, ¿por la carretera?: me hace un gesto como que no es su problema, y me dice, convencido de lo que dice, que lo que debíamos hacer los peregrinos "es ir a los Ayuntamientos a leer los tablones de anuncios" (señores alcaldes, vayan pintando flechas amarillas hacia sus corporaciones). Le señalé con mi bastón el mojón del camino que teníamos al lado y le dije que ese era el único tablón que teníamos que leer los peregrinos, que este era un camino milenario que no debe prestarse a alquiler, y que en todo caso si tenemos que convivir en la misma zona, debemos tener precaución ¡¡TODOS!!.
Después de esta diferencia de pareceres he seguido enojado mi camino. Mary Louise había hecho lo propio hace rato alejándose del foco de discusión.
Yo no tengo nada en contra de la caza, y en caminos como el Francés o el Portugués los peregrinos hemos caminado escuchando también a lo lejos los disparos que los identifican sin considerar nunca que en el camino estábamos en peligro sino más bien al contrario, que este es respetado. El campo tiene cientos y cientos de hectáreas para cazar, como para tener que ocupar el Camino de Santiago para hacerlo, y no me puedo creer que se pueda pagar una tasa para acotar el paso de peregrinos por un camino considerado Patrimonio de la Humanidad, Itinerario Cultural Europeo y que recibe subvenciones públicas para su mantenimiento y adaptación del paisaje. Y lo que es peor, que si es así, no se preocupen las administraciones que dan los permisos de asegurar que se cumplen las medidas de seguridad y señalización con elementos suficientes (no un trozo de cartón) y se establezcan entonces itinerarios alternativos y seguros para los peregrinos en el horario establecido para la caza como se hace cuando un tramo del camino está en obras, pues un peregrino, en su afán de alejarse del peligro y buscar un atajo, puede ser que se esté metiendo de lleno en el peligro mismo.
¿Van a tener que informar las diferentes guías del camino, en diferentes idiomas por supuesto, que antes de venir a España a hacer el Camino de Santiago hay que consultar la página web del SEPRONA? ("What is SEPRONA?"). No me quiero imaginar entonces en el marco de esta surrealista realidad que a un peregrino se le diga al llegar a lo alto del Monte do Faro, por ejemplo, eso de que "yo he pagado y tú no" y que este deba dar media vuelta monte abajo y buscarse la vida para continuar su camino o suspenderlo. Es completamente absurdo. Mientras alguien pone luz al tema (sin acusarnos de creernos que el camino es nuestro, a ser posible), recomiendo a los peregrinos estar atentos a estas señales, por cutres que sean, y buscar alternativas de paso o caminar con las máximas precauciones porque aunque no te salgas del camino, "todo es según el color con el que el cazador mira" ...
Como dije antes, el sendero de tierra nos devuelve a la carretera, donde debemos caminar un tramo por el arcén hasta entrar en Las Médulas. Antes pasaremos junto un camino en ascenso a la izquierda que señaliza hacia el Mirador de Orellán (yo continúo hacia el Centro de Recepción de Visitantes) y un castaño sobre un terreno elevado con un curioso cartel abajo que prohíbe coger las castañas que alfombran el arcén.
A la entrada de Las Médulas hay un enorme parking a la derecha, y lo que llevaba toda la mañana deseando, un bar donde a estas horas apetece un tercio de Estrella Galicia: se trata del Bar - Tapería O Camiño Real, de ambiente "friendly" para el peregrino. Cuenta con una gran terraza arbolada muy agradable, donde me he sentado a descansar y degustar mi cerveza, acompañado de un pincho de pan con lomo de cerdo y pimientos del padrón al que me han invitado para acompañar. Aquí he parado lo justo para reponer fuerzas, y me he puesto de nuevo en marcha para decidir por fin la ruta que iba a hacer por este Monumento Natural. De camino hacia el Interior del pueblo me he encontrado de nuevo de frente a Mary Louise, que ya había tomado la decisión de finalizar su etapa de hoy aquí y pernoctar en el Hotel Medulio, con muy buena pinta, donde le habían ofrecido una habitación individual a buen precio. Me alegré por ella, y volvimos a despedirnos pues seguramente ya no íbamos a coincidir más, siendo ella ahora la que me deseaba a mí "Buen Camino" ...
Las Médulas presenta un ambiente animado, normal teniendo en cuenta que es domingo y se nota que el público visitante es local. Voy fijándome en los carteles de "menú del día" en los diferentes restaurantes mientras callejeo siguiendo el Google Maps hasta el Centro de Información. Me planteo si debo parar a comer, pero prefiero adentrarme en la excursión a los cerros de Las Médulas y parar si acaso en algún lugar a picar algo de los embutidos que llevo en la mochila. Me apetece mucho sumergirme entre estas montañas rojas porque con 17 años yo acampé y dormí bajo las estrellas en algún lugar que hoy no sabría concretar de este mágico escenario, y porque tener la oportunidad de pasar por delante de un Patrimonio de la Humanidad y no adentrarse en él me parecía hasta doloroso. Además, el Apóstol nos ha regalado dos días sin lluvia, y si no es para esto, ¿para qué es?.
El Centro de Recepción de Visitantes se encuentra vacío en este momento y me atienden dos chicas muy amables que se interesan por mi origen y me facilitan la información que venía buscando: la ruta más accesible y adecuada para poder ver parte de lo más destacado de Las Médulas, incluido el Mirador de Orellán, e incorporarme después al camino con tiempo suficiente para llegar a Puente de Domingo Flórez sin que se me haga de noche. Con un mapa por delante me sugirieron subir hasta La Cuevona y La Encantada por el "Sendero de las Valiñas", dos grandes grutas creadas por los efectos del trabajo de los romanos sobre la montaña para extraer el oro; a continuación seguir la visita hacia el Mirador de Orellán continuando por la llamada "Senda Corta". Existe aquí una variante señalizada que nos permite acortar camino para acceder al mirador, subiendo 900 metros con un desnivel del 20% ( tipo subida a O Cebreiro), pero los peregrinos ya estamos hechos a esto y es un atajo que utilizan muchos visitantes. Una vez visto el Mirador de Orellán, y ya por la parte de arriba siguiendo la llamada "senda perimetral" todo seguido y por terreno llano, nos dirigiremos hacia el Canal de la Pena Escribida , a continuación el Área Recreativa de Bañas, y finalizamos en el Mirador de las Pedrices. Desde este último punto conectamos con el Camino de Santiago oficial, que se encuentra a tan solo 500 metros, en dirección hacia Puente de Domingo Flórez. Obviamente en este recorrido hacemos algunos kilómetros más que los 1,5 kms. que hay desde Las Médulas pueblo hasta el Mirador de las Pedrices, pero nos llevaremos en la retina imágenes imborrables que merecen muchísimo la pena.
Después de sellar mi credencial y despedirme de las amables recepcionistas comencé animado mi ruta, y no tardé en encontrarme de frente las primeras muestras de estos pináculos con ese llamativo color rojo de la tierra que destacan sobre el verde de los cientos de castaños de su base. En el Centro de Visitantes me hicieron una advertencia que da sentido al cartel de "Prohibido coger castañas" que me llamó la atención a la entrada de Las Médulas: la recolección del fruto de todos estos castaños pertenece a empresarios locales y forma parte de su sustento de vida, por lo que si todos nos apropiamos aunque solo sea de unas cuantas de un producto estacional como este, sería una ruina....;
Los diferentes senderos y sus puntos de interés están convenientemente señalizados, y nos cruzaremos con turistas que vienen de diferentes direcciones, pocos a esta hora pues la mayoría deben estar copando los restaurantes de la zona para el almuerzo. No vas a dejar de hacer fotos mientras caminas, pues la siguiente te parecerá mejor que la anterior con todas las perspectivas que estas caprichosas formas de las montañas nos ofrecen.
Llegar a esta morfología desnuda no fue fruto de la casualidad ni de la naturaleza, sino del concienzudo trabajo de los romanos (más de 60.000 hombres según Plinio el Viejo, administrador de las minas) para extraer el oro de la que es considerada la mayor mina de oro a cielo abierto del Imperio Romano. Los niveles más ricos de oro se encontraban en la llamada "Formación Santalla", y para llegar a ella había que eliminar los estratos que sobre esta se encontraban, con un espesor que ronda los 100 metros, y llamada "Formación Las Médulas" (con mucho menos cantidad de oro que la Formación Santalla). La técnica utilizada para eliminar estos estratos superiores, en la que el agua y su potencia hidráulica en pendiente eran los principales protagonistas, era conocida como "Ruina Montium" (derrumbe de los montes). Se calcula que las tierras removidas rondan los 500 millones de metros cúbicos, para conseguir 3 gramos de oro por cada tonelada de tierra aproximadamente.
La Cuevona y La Encantada, que se encuentran muy cerca la una de la otra, forman parte del conjunto de pozos y galerías que permitían demoler el monte, y aunque ante nosotros se presenta una gran oquedad, el tamaño real de la mina apenas permitía el paso de una persona erguida. Su grandeza se percibe cuanto más te acercas a ellas, y es cuando mirando hacia arriba ese perfil de tierra que hasta parece frágil y capaz de atraparte te hace sentirte realmente pequeño. Bajando desde la entrada de La Encantada, a la derecha, hay una zona elevada junto a la pared vertical que si la subes un poco te permitirá sacar unas preciosas fotos del paisaje hacia La Cuevona y su entorno. En mi caso se han unido al retrato un conjunto de nubes que presagian lluvia y me inquietan , así que aligero el paso.
Satisfecho por haber visitado estas dos primeras guindas me dirijo entonces por la "Senda Corta" a intentar localizar el sendero que pone a prueba tus fuerzas pero te permite atajar hasta el Mirador de Orellán. Me cruzo con algunos grupos mochileros, seguramente algunos provenientes de excursiones guiadas desde Ponferrada ya que existe está opción a través de la plataforma Civitatis. Muchas de las personas se me quedan mirando al verme con mi enorme mochila a la espalda de la que cuelgan balanceándose alegremente una vieira y una calabaza, mis compañeras inseparables que están disfrutando la jornada tanto o más que yo.
Puesto que me he cruzado con algún que otro sendero a mí izquierda, alguno un tanto impracticable, y temiendo pasarme el atajo, he preguntado a una chica que estaba parada junto a un coche en el sendero pero ella no tenía noticia alguna sobre esa posibilidad, ni mucho menos de que por arriba de la montaña se pudiera llegar al Camino de Santiago. Ha avisado a su marido, que era uno de los recolectores locales de castañas y esta vez sí me ha sacado de la duda tranquilizándome porque este sendero se encontraba a pocos metros. Le he preguntado también por una fuente que aparece señalizada en el mapa por esta zona, ya que me he percatado de que se me olvidó llenar la botella en el pueblo y aún tengo que caminar hasta el final de etapa, pero me dijo que actualmente solo tiene un pequeño goteo insuficiente para llenar la botella, así que su mujer no ha dudado en sacar una botella del maletero del coche para llenar la mía: ¡viva la buena gente, la amabilidad y la empatía!.;
Efectivamente unos metros más adelante se encontraba por fin la bifurcación que indica los 900 metros de subida hasta el Mirador de Orellán. Mientras hacía la foto de este punto pasaba la amable pareja con su coche señalándome con la mano que era por ahí donde debía subir, y allá vamos...
La subida es agotadora sobre todo en su tramo final. Te motiva hacer el esfuerzo pensar en que llegaremos antes al Mirador, y mirando atrás la cuesta inclinada, el sendero que le has ganado a la montaña. La cuesta atraviesa un bosque que en la cúspide, cuando empieza a llanear, te ofrece un panorama fantástico de castaños de formas llamativas. Un cartel a la salida del sendero nos informa de una enfermedad que afecta a estos castaños centenarios: la Tinta del Castaño, causada por un hongo parásito que afecta al árbol desde las raíces, estrangulando estas de modo que no es capaz de captar nutrientes, hasta morir. Una forma de evitar su propagación es no abandonar los senderos al atravesar estos bosques pues de este modo no colaboramos en la dispersión de las esporas.
Y por fin me encuentro al nivel de la joya de la corona, a pocos metros del Mirador de Orellán. Casi no hace falta llegar hasta él porque ya intuimos a esta altura las preciosas e inigualables vistas que tenemos a nuestra izquierda, pero es desde la plataforma elevada del mirador, sin obstáculos a la vista, donde esté paisaje único en el mundo se muestra en todo su esplendor, ese mar de color verde del que emergen como cristales de amatista esas preciosas montañas rojas y arenosas. Algo de envidia debía de haber en los corazones de las delegaciones de Tailandia, Alemania y Finlandia que en 1997 se opusieron a su declaración por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad con la excusa de que es un ejemplo, miles de años después, de la actividad destructora del ser humano...
Un monolito recuerda en este lugar privilegiado a un montañero llamado Elvio Nieto, que por lo que he podido saber después era un montañero y cronista del Bierzo muy popular, nacido en Ponferrada y nombrado hijo adoptivo de Orellán.
He pedido a un matrimonio si me podían hacer una foto y de este modo tener una instantánea mía diferente, porque todas las que tengo son selfies. Al caballero se le ha caído al suelo mi teléfono nada más ponerse a enfocar, causándole más precaución a él que a mí porque el suelo era de madera, y sobre todo, porque Gracias a Dios no había caído montaña abajo...; Para alargar mi paso por el Mirador al que tantas ganas tenía de llegar me he sentado en un banco a comer, sacando de mi mochila el queso, el chorizo, los picos y una naranja. Creo que ha sido mi momento feliz del día, por el simple hecho de estar haciendo esto en uno de los miradores más bonitos del mundo.
Escuchando conversar al matrimonio que ya se marchaba, con un acento muy reconocible para mí, les pregunté de donde eran, y aquí flipamos los tres cuando me dijeron que eran de Dos Hermanas, ycontestándoles yo con un "¡y yo también!". Qué verdad tan grande eso de que el mundo es muy pequeño...
Ya que estás aquí arriba tienes también la oportunidad de visitar una de las galerías subterráneas, que te permiten contextualizar perfectamente la visita y entender los métodos utilizados por los romanos para oradar estas montañas. Son las Galerías de Orellán. Las identificarás por un agujero en la pared de la montaña a la derecha donde se ha instalado otro pequeño mirador a modo de balcón. Para esta visita sí que hay que pagar entrada, de tan solo 3 euros. Yo no he querido dedicarle tiempo a esta visita porque aún tenía que caminar largo rato, por lo que pasa a mi "Bolsa de los Pendientes".
He hecho el camino de regreso desde el mirador hasta la salida del atajo por el que subí antes, donde se encuentra la señal que indica el camino hacia la izquierda en dirección al Área Recreativa de Campo de Braña, que es por donde debemos continuar. Será un sendero en ligero ascenso que te invitará continuamente a girarte para retener en la memoria de tus ojos el precioso espectáculo de la naturaleza que dejamos atrás.
El ascenso es agradable y corto, y pronto llegaremos a la señal que nos desvía sólo unos pocos metros para ver el Canal de la Pena Escribida. Para ubicarte sobre lo que tienes delante y poder identificar esta obra de ingeniería excavada en la roca, ayúdate con el panel explicativo que allí mismo se encuentra. Se trata de un tramo recuperado de 15 metros de canal que más adelante se completaría con un muro de cierre para salvar el desnivel y que el agua no se desbordarse. El canal partía de un gran depósito de agua situado en Campo de Braña y se canalizaba de esta manera para transportarla a diferentes zonas de trabajo en introducirla en la red de minado para el proceso de "Ruina Montium".
Regreso del sendero y continuo caminando disfrutando de un paisaje espectacular y solitario que me recuerda mucho el tramo de Hospitales en el Camino Primitivo de Santiago que hice en mayo del año pasado.
Solo me he cruzado con una persona que pasaba en bicicleta en sentido contrario. El Área Recreativa de Campo de Braña es un espacio ideal para descansar con tiempo y relajarse aprovechando los merenderos de madera instalados, una zona que atardeciendo ya tiene también una atmósfera muy especial. Cuenta con una fuente donde podrás rellenar tu botella, aunque a mí el agua me ha parecido que tiene cierto sabor metálico o ferruginoso.
Desde aquí el sendero desciende y es muy cómodo de realizar, aprovechando para aligerar un poco el paso ya que aún me queda una última parada antes de continuar hasta el final de etapa, el Mirador de las Pedrices, que aparecerá a nuestra izquierda en un área pedregosa para que podamos despedirnos de Las Médulas en su conjunto: de la formación montañosa roja que nos ha enamorado y del pueblo que se apropió de su nombre, que desde aquí se divisa a sus pies. Me he sentado un ratito volviéndome a despojar de la mochila, con la idea de no tener que quitármela ya hasta que llegue a Puente de Domingo Flórez. Me ha dado pena marcharme, y seguramente la próxima vez que realice este camino incluiré la pernocta en Las Médulas para poder disfrutar pausadamente de estas postales.
De nuevo me pongo a caminar, y aprovecho que viene por el sendero un runner para preguntarle si voy en la dirección correcta para llegar al Camino de Santiago. Me ha sorprendido que pusiera cara contrariada, la segunda vez el día de hoy que a alguien le suena raro ubicar aquí el Camino de Santiago. Ha sido decirle que me dirijo hacia Puente de Domingo Flórez e inmediatamente me ha dicho por dónde debía continuar, que coincide con el recorrido previsto. Esto me ha hecho pensar que por esta zona parece que el Camino de Santiago de Invierno, que fue reconocido hace relativamente poco tiempo, se ha "encajado" en un itinerario que los lugareños conocen por otros motivos. En este recorrido desde Las Médulas el Camino de Santiago coincide por ejemplo con una senda cicloturista que así está señalizada. Si esto es así, hay un gran trabajo por hacer de conocimiento, concienciación y enorgullecimiento del camino....
Como estaba previsto, llego hasta el Camino de Santiago oficial que viene desde Las Médulas, y desde aquí ya solo me quedan 8 kms. hasta Puente de Domingo Flórez siguiendo una pista forestal el descenso, de nuevo solitaria. Lo voy realizando tranquilo, ya no tengo ninguna prisa, llegue a la hora que llegue, con la satisfacción que me da haber hecho lo que me había propuesto para el día de hoy. Cuando haces cualquier variante del Camino de Santiago siempre te sientes orgulloso al finalizar una etapa, pero lo estás aún más si has podido encajar en el itinerario establecido algún lugar que realmente te apetecía mucho visitar o poder tocar, aunque tengas que desviarte..., y así ha sido hoy con el Monumento Natural de Las Médulas.
Con este pensamiento iba caminando hasta que ha comenzado a chispear, lluvia que me ha distraído casi llegando ya a mi destino. Podemos divisar Puente de Domingo Flórez desde una bonita panorámica en altura antes de bajar al pueblo, donde he llegado siguiendo a dos vecinas que volvían al pueblo seguramente después de haber disfrutado de un rato ocioso en los bancos de un mirador que se encuentra aquí arriba, donde yo también me senté otro tanto, alargando los minutos...
Hoy me alojo en uno de los afamados albergues del Camino de Invierno, Casa Rosa. Se trata de un cómodo albergue de donativo de solo 8 plazas ubicado muy cerca de la entrada del pueblo, y a pie de camino. Cuenta con cocina separada de la zona de literas con entrada independiente desde la calle, donde me realizó la bienvenida y el registro el joven hijo de la pareja que gestiona el alojamiento. La pena es que mañana por la mañana no podrán ofrecer el desayuno, momento de convivencia del que tan bien hablan los peregrinos que ya se han alojado aquí, pero tenemos una cafetería a la vuelta de la esquina. Sorprendentemente el albergue está completo, algo que no me esperaba teniendo en cuenta que desde que inicié el camino solo he coincidido con Mary Louise (imagino que la chica que coincidió ayer conmigo en la Ermita de Ntra. Sra del Carmen antes de subir a Villavieja ya va una etapa por delante). Pero resulta que se encuentran aquí también los tres peregrinos, dos señoras y un caballero, que me adelantaron ayer antes de llegar a Toral de Merayo (han pasado esta noche pasada junto a otros peregrinos en unas cabañas cerca de Carucedo), y una pareja italiana. Mi litera baja ya estaba reservada con mi nombre y un detalle sobre la almohada que tienen con todos los peregrinos, una pulsera con una pequeña Vieira.
Después de la ducha de rigor he ido a cenar al Hostal Restaurante La Torre, porque la cafetería cercana estaba cercana. Hay que dar un paseo hasta el restaurante por una carretera un tanto oscura, pero al menos he podido comer caliente a base de menú del día completo y económico.
Mañana con casi toda seguridad va a llover, pues ya se ha puesto a ello. La etapa terminará en O Barco de Valdeorras, y sea como sea, allí me veo. Ahora a descansar, que me lo he ganado...; Gracias al Apóstol por otro día tan bonito.
App de seguridad ciudadana de la Policía y la Guardia Civil. Canal discreto y eficaz para solicitar ayuda de las fuerzas de seguridad ante cualquier hecho del que seas víctima o testigo. Entre sus principales funcionalidades destacan:
Chat: contacta a través del chat, envía fotos y vídeos y obtendrás una respuesta inmediata desde el centro de Policía o Guardia Civil más cercano a tu posición.
Botón SOS: protección reforzada para colectivos vulnerables. Envía una alerta urgente al centro policial más cercano junto con tu posición y una grabación de audio de 10 segundos de lo que está pasando.
Guardián: comparte tu posición con los tuyos o con los servicios de rescate. Tu posición será enviada periódicamente para que puedas ser localizado rápidamente en caso de incidente.
Avisos localizados: recibirás un aviso en tu móvil si hay una emergencia de seguridad en la zona en la que te encuentras.
Acceso universal: adaptada a personas sordas e invidentes. Incorpora un traductor automático para poder comunicarte con las FFCCSE en más de 100 idiomas.
17 de Octubre de 2024 . _____________________________________________________ Una consideración MUY IMPORTANTE a tener en cuenta antes de iniciar este camino: es IMPRESCINDIBLE contar con el apoyo de una aplicación GPS o track actualizado para orientarnos ante la incompleta señalización en alguna zona, señalización confusa o desaparición total de ella, pues caminaremos por parajes bastante solitarios y como veremos en posteriores crónicas, prácticamente transformados por los incendios. En mi caso he utilizado la aplicación Gronze Maps , que no me ha dado ningún tipo de problema en la ruta portuguesa, apoyado por un track de la aplicación Wikiloc , disponibles ambos también en enlaces facilitados en el apartado INFORMACIÓN PRÁCTICA . _____________________________________________________ He dormido bastante bien para la cantidad de ruido que había ayer noche en la calle. Me ha despertado antes de hora la voz de algún crío alojado con sus padres que hablaba desde el pasillo, y si ...
14 y 15 de Octubre de 2024. Se me ha hecho eterno esperar a este día. Un larguísimo año esperando de nuevo el momento en que mi mochila y yo nos ponemos de nuevo en marcha hacia un deseado Camino de Santiago. Dejar pasar todo el verano y ver marcharse de vacaciones a todos mis compañeros de trabajo ha sido desesperante, pero por circunstancias laborales no me quedaba más remedio que postergar este camino a la segunda quincena del mes de octubre y los primeros días de noviembre. Mientras tanto he tenido tiempo de sobra para poner en orden mis pies (con una operación del dedo gordo del pié izquierdo de por medio y un tratamiento con diodo laser por metatalsargia en el pie derecho), y renovar el equipamiento. Después de lo vivido en el Camino de Invierno seguido del Epílogo a Muxia y Fisterra el pasado año, decidí que tenía que invertir en mejorar la impermeabilidad y confortabilidad tanto en el calzado como en la ropa, y hasta polainas llevo...; Todos estos preparativos han ido aliment...
16 de Octubre de 2024. Me he levantado a las 7:30, aunque despertar me he despertado mucho antes y varias veces, peor que la noche antes de coger un avión. Por un lado la gente que llegó tarde a dormir aprovechando al máximo la noche de Oporto (totalmente entendible teniendo en cuenta que este es un albergue joven y no particularmente para peregrinos...), el ruido de la lluvia incesante y algo de frío que se colaba por la ventana abierta y que tuve que levantarme yo a cerrar, algo enorme y pesado que se ha caído desde la litera de arriba estrellándose como un peso muerto contra el suelo de tarima, otros compañeros de habitación que se levantaban a la vez que se acostaban los que llegaban tarde, continuando con el ruido de pasos y chanclas que se arrastran de un lado a otro, los cajones metálicos que se abren y se cierran...; por lo tanto la noche ha sido una sucesión de micro despertares, y en todos y cada uno de ellos pensaba que ya iba a sonar el despertador. Tengo los ojos que ...
Comentarios
Publicar un comentario