14a Y ÚLTIMA ETAPA CAMINO DE SANTIAGO PRIMITIVO: O PEDROUZO - SANTIAGO DE COMPOSTELA (19,4 Kms.)

26 de mayo de 2022.

Ha llegado la mañana que se ansía y que nos entristece a la vez. Se ansía porque es el objetivo de tantos días de camino, esfuerzo, sacrificio..., y todos deseamos vernos acogidos por el abrazo, las buenas vibraciones y la magia de la imponente Plaza del Obradoiro, la alfombra roja que nos presenta ante la Catedral y el Apóstol. Pero nos entristece porque se acaba este paréntesis de nuestras vidas tan diferente a todo lo que hayamos vivido antes, esos largos días de comunión con la naturaleza, la historia, la etnografía y tanta, tanta, tanta gente de orígenes diferentes. Y por supuesto, comunión con nosotros mismos, donde nos queremos más al dedicarnos tantas horas al día de pensamientos en los que pretendemos, o no, poner las cosas en su lugar...

El día ha amanecido radiante. Olvidémonos de ponchos o cortavientos. Hoy el apóstol nos lo quiere poner fácil y nos regala un día acorde con el calendario: comienzan las fiestas de la Ascensión del Señor en Santiago de Compostela, la segunda fiesta más importante de la capital gallega, que se extiende hasta el próximo domingo 29 de mayo. El apóstol me ha hecho un guiño, porque yo planifiqué  mi llegada y estancia en Santiago justo en este intervalo sin saberlo. De hecho en un principio me ha supuesto un inconveniente porque siempre me quedo varios días en mi querida Santiago al finalizar el  camino, pero nunca necesité reservar alojamiento con antelación. Dos días atrás, revisando la disponibilidad en Booking.com descubrí que hay pocos alojamientos disponibles, y los que hay, a precios desorbitados: ¿200 euros por una noche en los hoteles de la cadena que habitualmente uso?, ¿qué está pasando en Santiago?. Consultada mi amiga Mónica Castromil de la Guía 20xvinte, me puso al día sobre estas fiestas que desconocía, y resolvió en un periquete mi necesidad de alojamiento para tres noches ahora ya sí en un alojamiento más cómodo e íntimo.

La ventaja de estas fiestas, además de encontrarnos una ciudad mucho más animada de lo habitual, es que el domingo 29, en la misa por la celebración de la Ascensión del Señor en la Catedral, se hará volar el Botafumeiro, y yo quiero estar allí si me puedo organizar para llegar a tiempo al aeropuerto.

Para no faltar a la costumbre, vuelvo a ser el último en abandonar el albergue, con el personal metido ya de lleno en labores de limpieza. Hoy más si cabe me permito salir tarde, que no tengo ninguna prisa en poner el punto y final a este precioso Camino Primitivo que he recorrido.  Hemos desayunado en el Bar Galaicos, tostadas y café con leche, para enfilar después hacia el inicio de la última etapa. Hice un poco de guía minimalista de José y María, recordando mis pasos dados aquí en el Camino Francés de 2019, a una hora mucho más temprana entonces, con el bosque que nos recibe como puerta de entrada al camino completamente oscuro y lloviendo, hoy dejando ver sus colores, el sol clavando rayos entre las rendijas de los altos árboles y los pájaros en su despreocupado trinar simultáneo. Recordé el punto en el que como un resorte, por aquel entonces, salí corriendo siguiendo la luz de los frontales de los peregrinos que me adelantaban, ofuscado, empapado, para no parar hasta casi llegar a Santiago. Experiencias y aprendizajes...

Hoy disfruto la etapa plácidamente y casi es como conocerla de nuevo, percatándome de detalles y paisajes que no había adivinado entonces. Nos entretuvimos localizando árboles con formas casi humanas o gestos amenazantes, y es verdad que en este bosque hay unos cuantos de los de "Un Monstruo Viene a Verme".

Nos hemos topado con la vaca más grande que he visto en mi vida, en la foto se puede apreciar, guiada por una pequeña mujer guerrera de las que tanto abundan en Galicia, tiradoras del carro de sus casas en muchas ocasiones haciendo frente al duro trabajo del campo con esfuerzos que no se plantearían muchos hombres.

Los bares en esta etapa están a pleno rendimiento, desde el primero hasta el último. De hecho, cuando he llegado a Santiago he tenido la sensación de que la cantidad enorme de peregrinos que nos acompañaba hoy se han ido repartiendo entre las sucursales de la hostelería, pues cuando entramos en la ciudad parecía que solo quedábamos unos cuantos supervivientes. Imagino que esta jornada invita a celebrar el objetivo conseguido y el haber compartido camino con familiares y amigos, algunos de los cuales habitualmente puede que no tengamos cerca. Y las terrazas, y el calor que aprieta, invitan a ello...

Nosotros decidimos parar a reponer fuerzas en el Bar de Comidas Botana, en Lavacolla. Mirando la carta y sin tener demasiada hambre, me iba a decantar por un sándwich mixto o similar, pero la variedad de bocadillos de tortilla me abrió el apetito e hizo decantarme por uno de tortilla con queso y chorizo. Madre mía ..., si paráis aquí recordar que de un bocadillo comen dos, porque yo no me he percatado de que los bocatas son de tamaño XL, especialidad de la casa, y aquello era una barra de pan rellena de tortilla que se salía por los lados. Pero oye ..., poquito a poco la barra ha caído..., y con el estómago así de pleno nos fuimos a encarar las últimas cuestas de la etapa. Ojo que esta etapa es una verdadera prueba de fe, y que con el cansancio acumulado a alguno/a le puede tentar coger ese taxi que "casualmente" pasa lentamente por tu lado, pues nos va a poner por delante algunas cuestas pesaditas hasta llegar al Monte do Gozo, donde ya todo vendrá rodado hasta entrar a Santiago.

En el Monte do Gozo he parado a visitar la Parroquia de San Marcos, que también estaba cerrada en mi primer camino, donde he podido sellar  la credencial. He echado de menos la imagen del monumento al peregrino que se instaló tras la última visita del Papa Juan Pablo II, y que fue derribado supuestamente por encontrarse en mal estado, meses después de mi primer camino. Yo tengo mi opinión al respecto y la he dejado clara en diferentes debates de los foros del camino. No sería el monumento más bello del mundo, pero era simbólicamente muy importante al ser divisado por los millones de peregrinos que posaron bajo su base. Leí una vez un comentario de un peregrino en el perfil de Gronze.com en Facebook que refleja a la perfección lo que yo siento: "La primera vez que subí al monte do gozo sentí que estaba en un sitio con una energía especial, la última sentí que estaba en un descampado a medio hacer". A ver a quién se le ocurriría derribar la Cruz de Ferro (León), un simple poste de madera con una pequeña cruz en su parte superior, que ni siquiera es la original, solo por motivos estéticos, sabiendo la carga sentimental, de devoción y de fe que acompaña a este simbólico punto y a las piedras allí  acumuladas, en ese preciso lugar y no otro. 

A cambio de la ausencia de este monumento (del cual puedes contemplar la tierra removida y las placas esculpidas de las que fue despojado), pude pasar a saludar a las esculturas de los peregrinos llenos de júbilo que mirando de lejos y brazos en alto nos recuerdan que desde aquí se divisan ya las torres de la Catedral, y que no pude ver en la anterior ocasión por encontrarse todo el parque cubierto de niebla.

Desde aquí ya todo ha sido un silencioso paseo y pocas ganas de hablar. José y María pararon en el Albergue Credencial, que nos pillaba de paso, para registrarse y dejar su mochila. Yo quedé en encontrarme con ellos en la Plaza del Obradoiro, donde me dirigí de nuevo sólo, reconociendo con la mirada esas calles que ya se me hacen familiares de mis paseos por la ciudad, y cuestionándome, como si no fuera a ocurrir, si estaría el gaitero como siempre a la entrada de la plaza dándonos la bienvenida y poniendo su emocionante música como banda sonora de nuestros gloriosos últimos metros y de esa mirada obligada hacia arriba abarcando la bella fachada de la Catedral. Si la Catedral pudiese elegir un recuerdo de su larga vida, estoy seguro que sería esa colección de millones de miradas, pares de ojos de todos los orígenes de la tierra, sonrientes, sorprendidos, amorosos, jóvenes, avejentados, ciegos algunos, llorosos otros...que desde abajo la admiran desde hace siglos.

Esta vez me senté junto con la mochila en mitad de la plaza, observando cómo celebraban los peregrinos de mi entorno, cómo seguían llegando algunos, y como siempre tuve mi propio derrumbe personal. Una mano de una peregrina me apretó el hombro, hermandad hasta el final...; Al rato he divisado a lo lejos a José y María. Nos dimos la enhorabuena, nos hicimos fotos, y partimos hacia la Oficina de Atención al Peregrino a buscar la Compostela, donde ya había cola para llegar a ventanilla, y un farragoso paseo interior para conseguir el ticket con el número. Conseguida esta, deje la mochila en la consigna de Correos en Rúa do Franco y pasamos a la Catedral entrando por la Puerta Santa, en mi caso por segunda vez este Año Santo, para visitar la cripta del apóstol, darle gracias de nuevo por haberme guiado una vez más hasta aquí y recordarle por qué hago estos caminos... 

A continuación nos hemos dirigido a la Iglesia de San Francisco, donde en su Sacristía te expedirán la Franciscana, un bonito recuerdo también para conservar de este Año Santo 2022. A partir de aquí el cuerpo, como en Lugo, se ha percatado de que el día de hoy la agenda programada  finalizaba y parábamos de caminar, y me ha podido el cansancio. Me despedí de José y María para ellos visitar tranquilamente la ciudad, y yo me dirigí a mi hotel para tomar una ducha y dormir un rato. 

Me alojo en el Hotel San Lorenzo, a un paseíto de la Catedral, tan cerquita del casco antiguo y sin embargo en un entorno ya diferente, tranquilo, casi rural, y pareciese que Santiago fuera un pueblo grande. La habitación es grande, cama de matrimonio muy cómoda y mucha luz. "Todita" para mi ...

Una última  reflexión importante: disfruta de esta maravillosa, mística e histórica ciudad Patrimonio de la Humanidad que te acoge y su gente, pero sobre todo, respétala, cuídala y que tu huella no sea negativa ni tu visita sea tenida por impresentable. Solo así el enamoramiento mutuo hará su trabajo, y aquí tendrás una casa a la que querrás volver siempre.

Muchas gracias a todas y todos los que me habéis seguido en redes sociales en este mi quinto camino, compartiendo a través de este mi diario los pequeños y grandes momentos que se me han presentado. Gracias por todos y cada uno de vuestros buenos deseos, vuestras palabras de ánimo y vuestros "buen camino". Me siento además muy feliz de que este libro abierto sirva de inspiración para los que ya habéis recibido la llamada y no termináis de tomar la decisión para lanzaros al camino y al encuentro con el apóstol. 

Gracias a estas publicaciones he podido además conocer en persona a peregrinos de otras provincias, ahí están José Camino de Ciudad Real y José Ojeda de Asturias, este último al que he prometido una nueva visita para conocer otros imprescindibles de tierras asturianas, y ojalá con algunos de vosotros suceda igual en el futuro.

Esto no termina aquí: añadiré una nota al final de esta entrada, a continuación de las fotos de esta etapa (desliza hacia arriba), con las vivencias hasta el próximo 29 de mayo que partiré de nuevo hacia Sevilla. 

Un fuerte abrazo y Buen Camino!.

INFORMACIÓN PRÁCTICA Y ENLACES:

Albergue Cruceiro de Pedrouzo (10 €/litera) - Reservado por teléfono.
Avda. Igrexa, 7
+34981511371
+34629518204
reservas@alberguecruceirodepedrouzo.com

Avda. de Compostela, s/n - A la entrada de la población , junto a la carretera (O Pedrouzo)

Lavacolla, 4 (Santiago de Compostela)
+34633488678

Rúa do Franco, 4 (Santiago de Compostela)
+34981582537



Rúa de Carretas, 33 - Santiago de Compostela
+34981568846
oficinadelperegrino@catedraldesantiago.es

Rúa do Campillo de San Francisco, 3 (Santiago de Compostela)


Rúa de San Lorenzo, 2 (Santiago de Compostela)
+34981580133
info@hsanlorenzo.com

Plaza de Cervantes, s/n - Santiago de Compostela
+34 981 582 950

Cantón do Toural, 7 ( Santiago de Compostela)

Una invitación a descubrir Compostela de la mano de 20 compostelanos y compostelanas. Plazas, callejuelas y rincones escondidos, de visita imprescindible, en la capital de Galicia.

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App de seguridad ciudadana de la Policía y la Guardia Civil. Canal discreto y eficaz para solicitar ayuda de las fuerzas de seguridad ante cualquier hecho del que seas víctima o testigo. Entre sus principales funcionalidades destacan: 

Chat: contacta a través del chat, envía fotos y vídeos y obtendrás una respuesta inmediata desde el centro de Policía o Guardia Civil más cercano a tu posición.

Botón SOS: protección reforzada para colectivos vulnerables. Envía una alerta urgente al centro policial más cercano junto con tu posición y una grabación de audio de 10 segundos de lo que está pasando.

Guardián: comparte tu posición con los tuyos o con los servicios de rescate. Tu posición será enviada periódicamente para que puedas ser localizado rápidamente en caso de incidente.

Avisos localizados: recibirás un aviso en tu móvil si hay una emergencia de seguridad en la zona en la que te encuentras.

Acceso universal: adaptada a personas sordas e invidentes. Incorpora un traductor automático para poder comunicarte con las FFCCSE en más de 100 idiomas.



IMÁGENES:



































SANTIAGO DE COMPOSTELA. 26 AL 29 DE MAYO DE 2022

Tal y como comenté en los primeros apuntes de esta entrada, Santiago celebra estos días las fiestas de la Ascensión del Señor. Se nota en la cantidad de gente que hay por las calles, ya que en mis anteriores visitas a Santiago nunca la ví así de animada. Cuando me fui a descansar al hotel, un enorme trailer hacía su entrada en la Plaza del Obradoiro. Cuando he vuelto esta noche, pasadas poco más de dos horas, me he encontrado un enorme escenario con toda su tecnología lista para funcionar en un lado de la plaza y controles de acceso a la misma. Que rápido se hace todo hoy en día...

No he podido cenar con José y María. Me enviaron un mensaje avisándome de que se retiraban a descansar al albergue, ya que tenían que coger bus a las 5:00 de la mañana. Me ha dado pena tener que despedirme a través del WhatsApp, me quedé con ganas de enseñarles algunos puntos nocturnos chulos de Santiago, y de pronto me he sentido sólo entre tanta gente...

He ido a cenar a Casa Manolo. En esta ocasión me han hecho esperar, mucha gente, y no priorizan precisamente al cliente solitario. Después de la cena me he dirigido a Plaza Quintana a sentarme un rato en las escaleras y disfrutar del concierto de las Sey Sisters . No las conocía y la verdad es que su música me ha sorprendido para bien, pena que cuando llegué ya estaban casi al final . De allí, traslado a la Plaza del Obradoiro, que era un mar de tubos fluorescentes y gente bailando al unísono de los ritmos de la Orquesta París de Noia. He flipado con semejante derroche de pantallas, luces y acrobacias, que parecía más un concierto del artista de moda de turno en un campo de fútbol, y con la gente hasta arriba de entusiasmo en todo momento. Me chocaba ver este contraste en la puerta misma de Catedral, pero la verdad es que era espectacular.


Después de la guerra llegó la calma, y acabado el concierto, con restos del branding de París de Noia que volaban hasta por la Rúa do Franco, me he ido a dar un paseo hasta la Alameda, otro de los puntos neurálgicos de estas fiestas, tomada en toda su inclinación de la Carballeira de Santa Susana, por tómbolas, puestos de comida variada, atracciones, una inmensa y colorida noria y otro gran escenario. Ay! que no veo a las dos Marías entre tanta chavalería!. Creo que es hora de comerme un helado, y enfilar el camino al hotel.  Para volver he vuelto a coger por dónde me ha llevado el GPS esta mañana al recoger mi mochila en la consigna de la Oficina de Correos de Rúa do Franco, por una estrecha calle a la altura de la Rúa San Clemente que atraviesa unos huertos urbanos que me han parecido sensacionales y que no había visto en mis anteriores visitas. Imagino que son los propios vecinos los que se encargan de ellos, pero lo mejor es esa sensación de paz y de silencio, como la que transmite el campo, a pocos metros de la Catedral y el gentío, oliendo a verde, plantas aromáticas y arbusto, y que de noche adquiere aún más sosiego. Esta ciudad no deja de sorprenderme...

Viernes y sábado me he levantado tarde. Me duelen ahora las piernas, que se han relajado y se están expresando por el duro camino recorrido en el Primitivo. Pero si pudiera me iría otra vez...

Hace calor en Santiago (si hace calor aquí no quiero pensar lo que debe hacer en mi tierra), así que con vestimenta deportiva y mochila pequeña a la espalda, me he dedicado a pasear por los puntos que me gustan. En esta ocasión me he dedicado a repetir más que a descubrir. La primera visita obligada siempre es a la Catedral, a la cripta para saludar al apóstol. Me ha dado muchísima pena algunos instantes. Ya lo comenté tras finalizar el camino portugués: la gente baja a la Cripta, por increíble que parezca, sin saber lo que hay allí abajo. Es más, dedican sus primeras miradas a las placas de mármol que hay a la izquierda y que hablan del Papa Juan Pablo II, les hacen fotos, y vuelven a subir arriba. Alguno gira su cabeza a la derecha y mira la reja y la urna de plata con los restos del apóstol, y otros preguntan "¿esto qué es?". Algunos ponen más interés a ese punto cuando coincide que alguien se pone de rodillas sobre los escalones y agarrado a la reja para rezar: ¡ahí hay algo!. A una chica que se hizo en voz alta esta pregunta y que no cesaba de sacarle fotos a las placas de mármol, le tuve que decir que lo más importante lo tenía a su espalda, y que esa urna de plata era lo que le daba sentido a este lugar. Tampoco le dió demasiada importancia a la aclaración...; Aunque un texto en latín en la parte superior de la puerta que da acceso a la cripta deja claro lo que allí se encuentra, o al menos se deduce aunque no recuerdes el "rosa rosae", creo que falta alguna indicación clara de que se va a bajar a la cripta donde se encuentran, en una urna de plata, los restos del apóstol Santiago, rogando silencio y respeto.

He vuelto a cumplir con el protocolo de la indulgencia plenaria: atravesar la Puerta Santa, confesión, asistir a misa del peregrino, comulgar, rezar por las intenciones del Papa...; No se si volverá a ser suficiente para al menos parecer bueno...

He visitado de nuevo la Iglesia de San Francisco. Cuando fuí a que me hicieran la Franciscana se me olvidó llevar la Credencial del Camino y no me la pudieron sellar, así que he vuelto a que me la sellaran. En cualquier caso, volver a la Iglesia de San Francisco siempre es un gustazo, por lo bonita que es, las moderadas visitas que te permiten quedarte largo rato en silencio y contemplando lo majestuoso de sus alturas, y porque en un día como hoy exageradamente caluroso, es la Iglesia más fresquita con diferencia de todo Santiago. Lo comentaba con la persona que me asistió en la Sacristía, que me corroboró que tanto en verano como en invierno, la temperatura interior es bastantes grados por debajo de la del exterior.

He pasado a visitar de nuevo la tienda A Rúa Recordos, del amigo Óscar Martarelli. Se ha convertido en visita obligada en todos mis caminos, para comprar el parche de tela del camino finalizado que debo incorporar a mi mochila, y el imán de imagen similar que pongo para verlo todos los días en una gran chapa con imanes de muchos lugares que tengo colgada en mi dormitorio. Óscar ha tenido además un detalle conmigo, regalándome mi primera manita de Mocho, esas manitas que un apasionado del camino, uno más, reparte gratuitamente entre los peregrinos que se lo pidan para a su vez estos regalar a aquellos peregrinos/as que les tocan el corazón por el camino. Hasta ahora ninguna había llegado a mí en mis cinco caminos, así que me ha hecho especial ilusión que Óscar me ha hecho merecedor de ella. Tras la visita a su tienda, he visitado otras, como siempre, para llevarles algún regalo a mi madre y mis hermanas. Siempre les llevo algo de joyería, normalmente relacionado con las vieiras, e intento que lo nuevo que compre lo puedan compaginar con algo que ya les haya regalado antes: pendientes en esta ocasión. He vuelto a darle una oportunidad al azabache para mi hermana María Jesús después de una experiencia extraña con un regalo que hice a mi madre, y que la dependienta de la tienda donde compré me dijo cómo debía resolver.

Con este buen tiempo no podía dejar de acudir a mi parque favorito, Bonaval, y tumbarme a ver el atardecer mientras pongo al día el Blog. Es en este punto donde siempre pienso que me gustaría pasar más tiempo aquí, y que los días en Santiago pasan demasiado rápido. Cuánto me gustaría tener una casita aquí, donde me siento como en casa.

El domingo por la mañana me he levantado pronto. A las 11:40 se celebraba la misa por la Ascensión del Señor en la Catedral, y "sí o sí" tenía que llegar, pues iban a hacer volar el Botafumeiro. Ya había dejado casi todo listo y recogido la noche anterior, así que solo tenía que vestirme y dejar las mochilas en recepción, para ir a la Catedral y volver después corriendo a recoger las mochilas para dirigirme a la calle Hórreo a coger el bus al aeropuerto. Todo sincronizado y no podía fallar. Y no lo hizo ...: el vuelo del Botafumeiro fue prácticamente al inicio de la misa, tras una procesión interior con un busto del apóstol Santiago que recordaba a celebraciones más antiguas. La Catedral estaba imponente, repleta de gente, y a pesar de quedarme de pie tuve una de las mejores perspectivas de la procesión y el Botafumeiro. Tras esto, y con pena por no quedarme la misa completa pero agradecido, abandoné la Catedral para continuar con el programa de la despedida, parando antes en la Cafetería Las Vegas para desayunar un café con un pincho de tortilla.


La parada de bus repleta de peregrinos que volvían también a casa, y muchos de ellos coincidirían en mi mismo vuelo a Sevilla. En el aeropuerto he aprovechado para almorzar antes de coger el vuelo, y comprarle a mi madre unos paquetes de patatas fritas que fueron todo un descubrimiento en mi última visita. Son de la marca "Bonilla a la Vista" y las hacen en La Coruña, solo con aceite de oliva y sal marina, y están buenísimas. En aquella ocasión compré una lata enorme blanca con letras azules que parecía de pintura y que llamaba la atención de todo el mundo, y que conserva las patatas en su punto semanas enteras. Esta vez compré solo un par de bolsas de patatas grandes para rellenar la lata, algo más discreto, junto a una enorme tarta de Santiago (se acabó la discreción...) a la que no podía quitar los ojos de encima, torpeza mía porque me olvidé de pasar por mi tienda favorita en Santiago y las podría haber facturado con mi mochila. Lo peor de esto es que aunque lo compro para los demás, al final acabo comiéndomelo yo. Así no perderé peso nunca...

Pensando ya en cuál será mi próximo camino y hacia donde me encaminarán los pasos. Aún es pronto para sentirlo, pero dispuesto estoy si Santiago quiere...

Buen Camino!


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Comentarios

  1. HOLA. Recién descubrí este blog en Facebook. Estoy escribiendo la historia de mi camino desde Porto. Hice 20 kms por día tardé 12 días. Con un amigo.

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    1. Hola!. Espero que te haya gustado mi blog. Te invito a leer cuando puedas el resto de entradas. Yo hice el portugués desde Oporto entre diciembre de 2921 y enero de este año, también está recogido en el blog. Te animo a hacerte también un blog para recoger tus recuerdos del camino, es el mejor diario, y puede ayudar a otras personas. Un abrazo!

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