CAMINO DE SANTIAGO FRANCÉS: POR FIN ASTORGA

 

21 y 22 de Octubre de 2022.

Me embarco hacia mi sexto camino, que comenzaré si Dios quiere el domingo 23 de octubre. En esta ocasión repito tramo del francés. Mi primer camino partió desde Ponferrada en noviembre de 2019, aunque mi idea original desde joven era iniciarlo en Astorga, pero a veces las cosas no son como uno planea, sino como deben ser en realidad. Llevo a cabo ahora la idea original, en solitario, siguiendo de nuevo los pasos de aquel viaje de estudios que en septiembre de 1992 plantó semilla y del que se han cumplido 30 años: oportunidad para  dormir en Foncebadón y encontrarme esta vez con la Cruz de Ferro, recordar baños en Molinaseca, dormir en O Cebreiro, así como en Triacastela y el Monasterio de Samos (donde conoceré al amigo hospitalero Pepe Soriano), y visitar de nuevo el Albergue Pequeño Potala de Ruitelán, que se me hace parada obligatoria para coger fuerzas de cara a la subida a O Cebreiro. En el resto de finales de etapa que repito, a excepción de Arzúa y O Pedrouzo, visitaré albergues nuevos. 

Parece mentira pero a pesar de tantos caminos hechos me sigo poniendo nervioso. Eso significa molestias de estómago, hinchazón y no dormir antes de llegar al punto de origen. Con esas me he despertado de buena madrugada para esperar el taxi que me llevaría a la estación de Cercanías de Dos Hermanas. De allí, tren hasta la Estación de Santa Justa, donde cogería el bus al Aeropuerto. Sevilla ha amanecido hoy, justo hoy, lloviendo con ganas. Es perdonable, hace falta mucha agua. De este modo, no he notado casi la distancia entre el Sur y Galicia en lo que a metereología se refiere, y digo casi porque en Santiago además se impuso el viento y una ligera bajada de temperatura.

Una vez en Santiago, bus hasta la nueva Estación Intermodal, la cual aún no había visitado, para coger el primero de los buses que me llevarían hasta Astorga. El acceso desde la calle a la Intermodal estoy seguro que acabarán modificándolo. Por esa moderna cubierta de chapa entrelazada se colaban el viento y la lluvia, y está última llegaba hasta la pared de enfrente peinando a todos los pasajeros que se cruzaban. Definitivamente creo que voy a desistir de hacer tiempo visitando la Colegiata de SAR que queda relativamente cerca, porque voy a acabar empapado y no me apetece tirar de poncho. La visitaré alguno de los dos días que me quedo en Santiago al finalizar el Camino.

Como comentado, me traslado hasta Astorga con la compañía de bus ALSA. He tenido que coger un billete con trasbordo, ya que los que iban directo no me venían bien en cuanto a horario. De este modo, me traslado primero hasta Ponferrada en un bus destino Madrid, y de allí, menos de una hora después, parto hasta Astorga en un bus destino Gijón. Antes de esto, me ha dado tiempo a almorzar en la cafetería de la Intermodal, y ha merecido la pena: un codillo de cerdo enorme al horno, muy tierno, con patatas fritas y arroz, vino de la casa y de postre un café cortado, todo por 8,50 €. 

Los autobuses de ALSA son cómodos, con asientos amplios, posibilidad de cargar el móvil, auriculares y pantalla individual para ver películas, leer revistas o escuchar música. El paisaje del recorrido una maravilla, con paradas en A Coruña, Lugo (donde incluso podrás ver las murallas romanas) y Bembibre. Por la carretera, señalética que me recuerda mi paso por los Caminos Francés y Primitivo. Se han ido alternando tramos de lluvia intensa (bendito conductor) y sol. 

He llegado a Astorga casi a las 20:30 de la tarde. Aquí la lluvia me dió una tregua para que llegara indemne al Albergue MyWay que me acogería las dos noches que pasaré en terreno maragato. El albergue queda a unos diez minutos caminando, cerca para ir caminando al centro y lo suficientemente apartado para sentirte a las afueras y más tranquilo. Cuando llegué hubo un poco de confusión con mi reserva, ya que solo me habían reservado una noche (reservé dos),  me dieron cama alta (pedí cama baja), y el albergue lleno, pero nada complicado de resolver, al día siguiente me paso a la litera de abajo. He tenido el tiempo justo para soltar mi mochila, dejar preparadas las cosas para ducharme después y salir pitando a cenar algo ligero, que el codillo de cerdo del mediodía parecía abrazado a mi estómago negándose a ser digerido.

He aprovechado para dar un corto paseo por los alrededores de la Catedral y el Palacio Episcopal de Gaudí, tan cerca uno del otro, y tan bonitos iluminados como estaban. Aproveché para hacer videollamada y mostrarle a mi madre dónde estaba, y después, parada en un restaurante cercano, Gastrobar Miku, donde me comí una buena ensalada caprese de tomate y queso burrata.



De vuelta al albergue, duchita y a la cama, que ya estaba todo el mundo en sus literas. Madre mía, ¿pero cómo subo a la cama de arriba si no me pasa ni el culo por el hueco de la escalera?. Siempre que me toca una de arriba me da la impresión de que al subir la cama se va a volcar por mi peso suspendido sobre el lateral, llevándome por delante al pobre peregrino o peregrina de abajo. Y no digamos ya la pereza que me da bajar, con esas tablillas que se clavan en los pies, y que nunca sé si hacerlo hacia delante o con la barriga recostada en el colchón. Pavor me da que me entren ganas de orinar (como así ha sucedido).

He dormido poco, entre el cansancio de la jornada, la cama extraña y los peregrinos madrugadores. Me ha resultado muy raro cuando a eso de las 6:30 de la mañana ya se habían ido todos y yo me quedaba durmiendo solo. He pensado en ellos cuando se ha puesto a llover a tope...

Me he levantado a eso de las 9:30, con las chicas del albergue en plena faena de limpieza. Desayuno en el mismo Gastrobar de ayer y raudo me he dirigido a la Catedral, que ha comenzado de nuevo a llover. Se entra por la tienda de souvenirs, donde he comprado mi nueva credencial para este camino, y he pagado la entrada, a 5,50 € el precio reducido para los peregrinos. Por 2 € más tienes opción de subir a una de las torres, pero el día de hoy no merecía la pena, con el nublado y el viento. 

Me he tomado mi tiempo para visitar el museo y la Catedral, donde además disponen de un novedoso recurso audiovisual con gafas 3D para hacer una visita 360 grados a la Catedral desde las alturas. No apto para gente con vértigo. Aquí los peregrinos pueden visitar la Capilla dedicada a Santiago Peregrino y orar.











Finalizada la visita a la Catedral, visita rápida al Palacio Episcopal de Gaudí, pues solo disponía de una hora para hacerlo, ya que cierran a las 14:00. Este palacio me recuerda por fuera los castillos de juguete de "Exin Castillos" que se comercializaban cuando era pequeño. Por dentro es una muestra más de la mente inquieta, atrevida y adelantada a su tiempo de Gaudí. A pesar de ser Palacio Episcopal, nunca funcionó como tal, y uno mira con cierta melancolía esas recoletas chimeneas que nunca debieron iluminar esas estancias que a la luz del fuego deben crear el escenario perfecto de una película de Harry Potter. En su interior podemos visitar el Museo de los Caminos (Santiago por doquier) y una exposición en el sótano de lápidas funerarias y otras piezas romanas. En una de las estancias me impactó encontrarme con la Cruz de Ferro original, que tantos millones de peregrinos habrá visto pasar, y que a mi parecer, solo por la devoción que atesora, merece una ubicación más importante y una contextualización más elaborada si debe permanecer en este museo.






















Finalizada la visita, que casi vienen a buscarme (soy el último siempre), pasé a visitar la Plaza del Ayuntamiento o Plaza de España, en mi camino hacia un restaurante recomendado para comer el Cocido Maragato. La foto del Ayuntamiento y la plaza la he tenido que hacer resguardado en uno de los laterales, por la cantidad de agua que estaba cayendo, aunque mi intención era hacerla desde el mismo punto en que me la hice con 17 años en 1992. Pero al menos la evocación mental para mí solo me satisface.




Me he parado en una tienda de productos típicos a comprarme una tableta de chocolate de Astorga para el Camino, y en un supermercado cercano para completar el avituallamiento con orejones de albaricoque y cacahuetes bañados en chocolate con leche. Energía ...; Y tocaba ahora ya sí el cuarto momento estrella del día: probar el famoso cocido maragato. Me recomendaron el Restaurante Casa Maragata II, y allí que me fui bajo la lluvia. Mi gozo en un pozo: no me atendieron porque iba solo, así tal cual, porque al entrar la primera pregunta fue para cuántas personas era la mesa. Si quería comer allí yo solo, tendría que esperar al menos hasta las 16:00 de la tarde . Me dirigí entonces a otro de los templos de cocido maragato en Astorga, el Restaurante Las Termas. Mi gozo se regodea en el pozo: está todo reservado, y si quería podía llamar más tarde para ver si había hueco (aquí al menos el problema no es que vaya solo).

Por último, y a pesar de la mala experiencia con la Casa Maragata II, y ya mojado, me dirijo al Restaurante Casa Maragato I. Y aquí me encontré con mi ángel...: me atendió una amable chica que me dijo que en ese momento estaba todo lleno, pero que no creía que tardase mucho tiempo en haber un hueco. Si quería podía dejarle mi teléfono y ella me avisaría, mientras yo tomaba algo en cualquier otro sitio cercano. Cuando me acompañó a la puerta para indicarme dónde podría ir a tomar un vino mientras, y vió el aguacero que estaba cayendo, me invitó a entrar de nuevo, que iba a intentar hacer un milagro. Y el milagro se hizo...; Me prepararon una mesa y pude comerme mi cocido maragato. Te muestran en una carta la sucesión o diferentes tiempos que lo componen (llamados "vuelcos"), comenzando con una ensalada de tomate. Te ofrecen agua, la carta de vinos ( me decanté por una copa de un Ribera del Duero " La Planta") y pan a elegir. Y comienza el festival de carnes, tocinos, garbanzos y sopa, que finaliza con unas ricas natillas caseras y un café de puchero. No es barato ( solo el cocido Maragato son 27 €), pero el homenaje, la fantástica atención recibida y la experiencia os aseguro que merece la pena. Saldréis de allí con la sensación de que habéis acumulado calorías para varios días...




Con la barriga plena, y la lluvia que continuaba azotando, decidí acabar mi visita a Astorga, que en esas circunstancias no podía dar más de sí, si de patear las calles se trata, y cenar no pensaba hacerlo hoy. No obstante en mi camino de regreso al albergue aún paré a hacer alguna foto más, entre ellas el primer mojón del Camino de Santiago con el que me he topado. 

Mañana domingo comienzo mi sexto camino si Dios quiere. Será un comienzo pasado por agua, eso seguro, pero si debe ser así, por algo será. Me conformo con llegar bien hasta Foncebadón, final de etapa de mañana. Os lo iré contando, ¿me acompañáis?.

Buen Camino!

INFORMACIÓN PRÁCTICA Y ENLACES:


C/ San Marcos, 7 (Astorga) - A la entrada de Astorga desde el camino.
+34640176338
+34987913011
alberguemyway@gmail.com

Plaza de San Francisco, 3
+34987626034
+34618271773
asociacion@caminodesantiagoastorga.com


C/ Los Sitios, 14 (Astorga) - Al lado del Palacio de Gaudí.
+34649213825

C/ Húsar Tiburcio, 2 (Astorga)
+34987618880



App de seguridad ciudadana de la Policía y la Guardia Civil. Canal discreto y eficaz para solicitar ayuda de las fuerzas de seguridad ante cualquier hecho del que seas víctima o testigo. Entre sus principales funcionalidades destacan: 

Chat: contacta a través del chat, envía fotos y vídeos y obtendrás una respuesta inmediata desde el centro de Policía o Guardia Civil más cercano a tu posición.

Botón SOS: protección reforzada para colectivos vulnerables. Envía una alerta urgente al centro policial más cercano junto con tu posición y una grabación de audio de 10 segundos de lo que está pasando.

Guardián: comparte tu posición con los tuyos o con los servicios de rescate. Tu posición será enviada periódicamente para que puedas ser localizado rápidamente en caso de incidente.

Avisos localizados: recibirás un aviso en tu móvil si hay una emergencia de seguridad en la zona en la que te encuentras.

Acceso universal: adaptada a personas sordas e invidentes. Incorpora un traductor automático para poder comunicarte con las FFCCSE en más de 100 idiomas.



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