4ª ETAPA CAMINO DE SANTIAGO PORTUGUÉS CENTRAL: PONTE DE LIMA - RUBIÃES (17,4 Kms.)


2 de Enero de 2022.

Hoy descansé, vaya que si descansé...; Ha llovido toda la noche y ese ruido a mí me mece. A veces me he despertado de dolor en la espalda, con algún crujido cuando cambiaba de posición. Creo que se ha debido a la dura tabla de madera bajo el colchón que hacía de somier, que me ha recolocado todo. Bajé a desayunar a eso de las 9:15. Recomiendo a los peregrinos este hospedaje, Pousada da Juventude Ponte de Lima como alternativa al albergue. Está justo a la altura de la entrada al bulevar que te lleva al Puente Romano, sin necesidad de cruzar al otro lado. Es grande, moderno y limpio, y el desayuno bastante completo (zumo, café, dos bollitos de pan con mantequilla y mermelada, cereales y un trozo de bizcocho) por 14 euros que cuesta la noche. No se puede pedir más...

El Apóstol Santiago ha querido que las nubes descargaran de noche para por la mañana, que se preveía lluvia, dejar salir al sol. Esto me ha animado mucho y he salido con otra energía, y el pie bastante menos dolorido. Ponte de Lima creo que merece pasar un día completo en ella. Me he quedado con las ganas de patear su casco antiguo y sus afamados jardines, y el mercadillo que me encontré por la mañana animaba a eso y a pertrecharse de productos de la zona.

Prácticamente a la salida de la ciudad, nos introducimos en un entorno rural y bucólico, con un largo sendero de piedra, como los pasos de invierno junto a los ríos en España, para sortear el curso del agua. El problema es que donde este acaba, también llegó el agua, y hubo que hacer un pequeño rodeo para continuar adelante.

Esta etapa, al menos para mí, supera a la anterior en belleza. Mucho más bosques profundos y húmedos, senderos rodeados de naturaleza, y el Río Labruja como gran protagonista, caudaloso y rugiendo ahí abajo. Muchos lugares que invitan a la meditación me he cruzado hoy. Al ser domingo después de festivo casi todos los servicios estaban cerrados. Solo pude parar a tomar un café y sellar la credencial en Café Veiga, un pequeño bar casi al principio de la etapa al que te tienes que desviar unos pocos metros, y el resto del camino el avituallamiento fueron dos naranjas. Es impresionante la cantidad de naranjos que nos acompañan en este camino, naranjas dulces, buenísimas. No es difícil encontrarse cáscaras por nuestro sendero, de los que han pasado antes que tú y han hecho acopio en alguna finca, o de las que dejan a libre disposición en los muretes de las fincas.

Me he dado cuenta de que en este camino, al menos en Portugal, las flechas te obligan a rodear la mayoría de las Iglesias cercanas al mismo, como un modo de acercarte a ellas e invitarte a la oración, y que al contrario que en España, la mayoría de ellas, grandes y pequeñas, tienen sus puertas abiertas, sin necesidad de que nadie las vigile. En todo el camino hay también pequeñas hornacinas o altares, muchas en solariegas casas privadas, con un diseño similar: retablo de madera pintado o imagen esculpida, protegido por un enrejado, en el que muchos peregrinos van dejando retazos de su paso, de sus peticiones, de recuerdos a los que ya han partido.

En esta etapa me he puesto sensible en algunas ocasiones, con esos pensamientos personales que van y vienen acordándome de mi madre, y he recordado una canción de la malagueña Vanesa Martín que un compañero peregrino dejó en un vídeo por estos foros. Así que me la puse a toda voz mientras caminaba por uno de esos senderos espectaculares junto al Río Labruja:


Pasarás por debajo de un viaducto y en uno de sus pilares encontrarás un texto firmado por "Marcher Arrant". Me llamó la atención porque en diversos lugares del camino desde Oporto me encontré con pegatinas firmadas por esta misma persona con el texto en inglés "Marcher Arrant caminó por aquí". Buscando en internet descubrí que se trata de un joven grafitero que camina alrededor del mundo y que también realizó el camino de Santiago. Podéis seguir aquí su Blog Marcher Arrant.

Al inicio de la subida al Alto da Portela Grande de Labruja, en Codeçal, se encuentra abierta la Ermita de Nossa Senhora das Nevesuna pequeña Capilla con una imagen de la Virgen y con un soporte a un lado del altar donde los devotos pueden dejar colgadas sus ofrendas. Yo descolgué entonces de mi mochila una vieira pequeña que mi madre cogió en la Playa de Conil en Cádiz a la que puse su nombre y añadí una cuerda para colgarla. Mi intención era precisamente esa, dejarla en algún lugar del camino como ofrenda suya para rogar que se frenara el implacable avance del Alzheimer que le está arrebatando su personalidad. Pero al colgarla y dirigirme a la salida de la Capilla un frío y una sensación de tristeza y abandono me invadió por completo y me di cuenta de que a pesar de que el lugar era idóneo, la vieira no debía quedarse allí, y aunque en cierto modo pedía perdón a la imagen de la Virgen por no confiar en el lugar y retirar la ofrenda, sé que fue ella quien lo dispuso así. Y la vieira volvió a colgar de mi mochila hasta encontrar su lugar.

La subida al Alto de Labruja es dura, pero asumible. Los tramos de subida no son demasiado largos, y entre tramo y tramo hay repechos llanos que las cargadas piernas agradecen. Lo malo es que esta sucesión de "tramo empinado versus repecho" te parece infinita..., ¡pero prueba superada!. A pesar de la dificultad, iniciar este ascenso es como traspasar una puerta transparente en el bosque que te ubica en un gratificante paréntesis de silencio, claroscuros y rumor de agua. En algunos tramos desaparece el camino, formado solo por enormes piedras y roca pulida que tienes que sortear pasando de una a otra. Sobrecoge alzar la mirada en un momento dado y encontrarte la Cruz de los Franceses, lugar donde se dice que los lugareños realizaron una emboscada en 1809 a los soldados de Napoleón. Al llegar arriba no pude evitar aprovechar mi soledad para soltar un grito de "¡¡he llegado!!" que retumbó montaña abajo.

Hoy me encontré por fin otro peregrino, Tomás (Alemania) que se ha hecho "tropecientos caminos" dentro y fuera de España. Huelga decir que me dejó atrás en un "plis plas".

Y ya casi llegando a Rubiães me alcanzó Marcio, el peregrino brasileño residente en Lisboa, con el que coincidí en los albergues de Oporto y Vilarinho. Juntos hemos hecho la última parte. Yo tenía reserva en un albergue diferente al suyo, pero cerca. El problema es que al llegar al mío, Casa São Sebastião, donde yo tenía pensado lavar toda la ropa, me dijo la hospitalera por teléfono (no había nadie para recibirme) que la secadora estaba estropeada (y yo con toda la ropa sucia), y encima, al abrir la puerta del dormitorio en la parte de atrás de la casa, del interior de la oscuridad salió un olor fortísimo a humedad que empujaba para atrás, así que llamé por el móvil a Marcio para pedirle que me reservara cama en su albergue (¡bendito intercambio de números de whatsapp!). Y aquí estamos los tres, porque aquí hemos coincidido también con Tomás, en Albergue Ninho, muy confortable y a pie de camino (a pocos metros para empezarlo al día siguiente), como una cabaña de madera, con chimenea, una perrita llamada Carolina y sobre la mesa té, galletas, carne de membrillo, arroz con leche amarillo, y desayuno muy ligero incluido, aunque la humedad también se nota un poco en la zona de literas, es lo que tiene esta época...

Marcio y yo nos hemos duchado rápido para poder ir a cenar al único sitio abierto, a unos 800 metros del albergue, Restaurante Bom Retiro, que cerraba a las 20:00. Así que con el frontal para alumbrar la carretera, allí nos dirigimos. Lo hemos disfrutado: una buena sopa, ensalada y una fuente enorme para compartir de filetes y patatas fritas.

Mañana abandonamos Portugal (qué penita...) y entramos en España cruzando el Río Miño en la frontera entre Valença do Minho y Tui, en una etapa también llevadera de 19 kms. No quiero que corra el tiempo...

Buen Camino!.


INFORMACIÓN PRÁCTICA Y ENLACES:

Pousada de Juventude (14 € desayuno incluido) - Reservado a través de Booking
Rua Papa João Paulo II, 815 - Ponte de Lima
+351 258 751 321
+351 963 344 304
+351 258 943 797
pontelima@movijovem.pt

Rua das Barrosas 4990 - 224

Alojamento local Ninho - Reservar por teléfono
Estrada de São Pedro de Rubiães, 695
+351 916 866 372
ninho.albergue@gmail.com

Lugar do - Rubiães
+351 251 941 245





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