11ª Y ÚLTIMA ETAPA CAMINO DE SANTIAGO PORTUGUÉS CENTRAL: PADRÓN - SANTIAGO DE COMPOSTELA (24,3 Kms.)
10 de Enero de 2022.
Salí tarde de Padrón, no podía hacerlo de otra manera. Desde que obtuve el Certificado de la Pedronía el día anterior sin haber podido visitar los lugares santos de Padrón tal y como está establecido, el Santiaguiño porque estaba lloviendo y había que subir la colina, y el Pedrón porque la Iglesia estaba cerrada, me quedé con un desasosiego y malestar que no me gustaba, así que decidí que debía verlos por la mañana sí o sí.
Manolo de O Albergue da Meiga me explicó muy bien la historia del Santiaguiño, por dónde debía subir, sus peculiaridades..., así que esperé a la luz del día para rematar esa jornada del día anterior. Manolo me ha parecido una persona excepcional, me llamó esta mañana para interesarse por mí y ofrecerse para ayudarme en lo que necesitara en cualquier tramo del camino. Estos ofrecimientos te dejan sin palabras y te hacen ejercitarte en la introspección para preguntarte a ti mismo si tú serías capaz de ser así...;
Temí que fuera otra intención infructuosa la subida al Santiaguiño, porque el día amaneció nublado, y la colina cubierta de niebla, pero tras parar a desayunar en Albergue con Encanto d'Camiño, justo al lado de la Fuente del Carmen, la chica que atendía me animó a ello y me lo puso fácil ofreciéndose a cuidar de mi mochila, por lo tanto, allá que cogí las escaleras para subir arriba, y no me arrepiento de ello. Es un lugar encantador, un prado verde y solitario que despide misticismo y paz, donde se encuentran la Ermita con el Santiaguiño, la fuente a sus pies en la que no puedes olvidar llenar tu botella de agua (se identifica con la gruta en la que se escondía el apóstol de sus perseguidores, que venía aquí a predicar, y se dice que es el lugar donde bebían y se lavaban los peregrinos que desde el siglo XV venían a este punto a obtener el perdón), y el conjunto de 10 grandes rocas con la Imagen de Santiago y un crucifijo, rocas que traen aparejados ritos y tradiciones, y sobre las cuales yo aproveché para pasar la protección que me cuelga del cuello.
Tras bajar del Santiaguiño y recoger de nuevo mi mochila, pude pasar por fin a la Iglesia de Santiago para visitar el Pedrón, donde se cuenta que fue atada la barca donde traían los restos del apóstol Santiago, en el puerto de Iria Flavia. Y así de feliz por haber cumplido, retomé de nuevo mi camino, veloz a sabiendas de que eran ya las 11:00 de la mañana y aún no había comenzado la etapa.
La siguiente y pronta parada fue en el cementerio de Iria Flavia, saliendo de Padrón, para visitar la tumba del Premio Nobel de Literatura, Camilo José Cela, que se encuentra debajo de un olivo. Increíblemente pasé de largo en la búsqueda de su localización, entre los varios olivos del cementerio, porque la enorme lápida no está cuidada, está ennegrecida y cubierta de verdina que casi no dejan ver el texto. No se si esto también fue decisión suya o dejadez de la familia sin más.
En esta etapa atravesaremos muchas y pequeñas aldeas. No es una larga etapa de bosques y zonas rurales, sino que predomina el entorno urbano, salpicados algunos tramos de zonas boscosas que ya nos recuerdan anteriores etapas de esplendor de verde y agua. Me apetece recordar aquí, por ser el último lugar donde las vi, a las pobres salamandras, unas bellísimas y grandes lagartijas negras con manchas amarillas que habitan los campos de Galicia y que en tres ocasiones he visto atropelladas en diferentes puntos del camino. Imagino que es difícil evitar esto, pero me da una grandísima pena.
Otra cosa que me ha hecho reflexionar hoy, porque también en tres ocasiones lo he visto en Galicia, la tercera en esta etapa, son los pasos a nivel con barreras en núcleos densos de población. Lo vi en O Porriño y lo vi en Pontecesures, y no se entiende que aún existan estas vías férreas atravesando poblaciones y partiendo en dos una calle o una plaza, con gente atravesando desde ambos lados, y el peligro que ello supone.
Me desvié en O'Milladoiro a comer, en el Restaurante Milongas, un buen menú del día con mi omnipresente caldo gallego, pollo a la mostaza con patatas y una deliciosa mousse de dulce de leche. Con este chute de gasolina me enfrente a mi última hora de camino. El primer estallido de emoción que acelera el corazón se produjo cuando llegué al punto en el que ya se divisan a lo lejos las torres de la Catedral de Santiago, saliendo de O'Milladoiro, y como hicieron miles de peregrinos desde la Edad Media, toca ponerse de rodillas y dar gracias por haber podido llegar por fin hasta aquí después de largos días de viaje.
La tercera reflexión que quiero dejar aquí, es algo que vi con estupor llegando ya a Santiago y que nos incumbe a nosotros los peregrinos. Me he encontrado con una contaminante, antihigiénica, antiestética y absurda costumbre que alguien inició y que todos los demás como borregos parece que seguimos sin pararnos a pensar en la estupidez de lo que hacemos: no es otra que la costumbre de dejar tu mascarilla colgada de las ramas de un árbol como si de una ofrenda se tratase. Es inaudito tener que atravesar una zona boscosa que hasta mal cuerpo te pone al verte rodeado de mascarillas colgando que pasaron por las bocas de desconocidos. Por favor, esto no tiene nada que ver con el camino, esto no es tradición, ni una ofrenda, ni sacrificio, ni entrega, ni te va a dar suerte, esto es una enorme guarrería que los ciudadanos de Santiago de Compostela no tienen por qué soportar.
Los últimos kilómetros se me han hecho eternos, no sabía si mirar o no los diferentes mojones que me cruzaba en el camino con esa cuenta atrás que nunca termina, pero uno es masoquista y los mira a sabiendas de que ya llegaste a un punto en el que 1 km vale por dos...; Estaba mucho más cansado que etapas anteriores, pero tampoco quería parar a descansar, no quería que se me hiciera de noche y llegar a la Plaza del Obradoiro sin luz natural.
Al entrar en la Rúa do Franco ya no puedes sujetar tus emociones, y aún te gana la vergüenza y te hará agachar la cabeza y saberte amparado por la mascarilla, para desatarte cuando entres en la plaza que es nuestra meta. Y allí estaba yo casi solo, a las 18:00 en punto de la tarde, con las campanas dando la hora a falta de gaita que te reciba, llorando como un niño chico por haber podido llegar, sano, salvo, en una fechas muy difíciles para mí, por haber cumplido un nuevo sueño, una nueva promesa por mí y por la que más quiero que es mi madre.
Ya no pude recoger mi Compostela porque la Oficina del Peregrino cierra a las 18:00, así que la recogeré mañana por la mañana, y a la estadística de hoy habrá que sumarle un peregrino más :-). Volví a Rúa do Franco para registrarme en mi hostal, ducharme y marchar a la Catedral para cruzar orgulloso y emocionado la Puerta Santa, visitar al Apóstol en su cripta y asistir a la Misa del Peregrino a las 19:30. Liviano y feliz...;
Después de la misa rematé algo que tenía pendiente: la vieira con el nombre de mi madre que colgaba de mi mochila no llegué a dejarla en ningún punto del camino, porque no me nació de dentro. Lo que hice fue dirigirme a la Sacristía de la Catedral, donde una hermana de las monjas que colaboran intercedió para que el sacerdote que ofreció la misa del peregrino me la bendijera, y así se la pudiera llevar de vuelta a mi madre, empapada de todo el Camino de Santiago y bendecida para protegerla...
En Santiago me alojo en Hostal Alda Catedral, todo un acierto. Me gustan los alojamientos de esta cadena porque son de calidad, a un precio razonable, y a veces te tocan habitaciones con encanto. Las de este hostal parecen habitaciones de hotel, muy espaciosas y un baño con ducha enorme. Desde el balcón de mi habitación que da a la parte de atrás se ven las torres de la Catedral, y me encanta tenerlas así de cerca y escuchar sus campanas...
Si he conseguido transmitiros lo que yo he vivido, animaros a tomar la decisión de iniciar ese camino que aplazáis una y otra vez, a afrontar vuestros miedos, a acercaros aún más al camino que todavía os resulta desconocido pero que irremediablemente os atrae, soy tremendamente feliz de haberlo conseguido. No lo dejéis, si estáis aquí interesados es porque el Camino ya os está llamando, y tarde o temprano terminareis contando vuestra experiencia personal.
Un abrazo y buen Camino!
INFORMACIÓN PRÁCTICA Y ENLACES:
Rúa Noirmoutier, 16 - Edificio Ponte do Sar, bajo izquierda - Padrón
+34 639 994 048
Rúa Costiña do Carme, s/n - Padrón
Rúa Peregrinos, 4 - Padrón
+34 615 046 723
Avenida Rosalía de Castro, 57 - Milladoiro
+34 881 977 003
Hostal Alda Catedral (29 €/habitación doble con balcón) - Reservado a través de Booking
Rúa do Franco, 22
+34 981 071 111
aldacatedral@aldahotels.com
Rúa de Carretas, 33 - Santiago de Compostela
+34 981 568 846
oficinadelperegrino@catedraldesantiago.es
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