3a ETAPA EPÍLOGO A MUXIA Y FISTERRA: OLVEIROA - MUXIA (32,73 kms.)
He intentado levantarme pronto, y aún sí creo que aunque haya puesto el despertador a las 7:00 de la mañana, sigo siendo el último del albergue. Ha estado lloviendo fuerte toda la noche, y a pesar del buen acristalamiento de la ventana, por algún lado ha penetrado el agua porque el poyete está mojado y hay un charquito en el suelo. Espero que el vendaval se haya quedado agusto y me permita caminar con el factor humedad excluido.
Después del aseo personal y la ordenación diaria de la mochila, he salido a la cafetería del albergue a coger fuerzas para los 32 kms. que me esperan hoy para llegar a Muxía, localidad que será la novedad y el aliciente de hoy en este epílogo. Para no variar, tostadas con mantequilla y mermelada acompañado de zumo de naranja y café con leche. Mira que me gustan unas tostadas de tomate y qué ganas tengo cada mañana, pero el que inventó el tomate triturado en porciones hizo mucho daño a la hostelería, y al paladar ni te cuento....
Abandonando ya la aldea, al bordear el sendero a la derecha, me encuentro de nuevo la mirada penetrante del monstruo Vákner, en esa inmensa lona que, aunque hoy más descolorida tres años después, continúa siendo la ventana desde la que Vákner controla todo lo que entra, y sobre todo, todo lo que sale a campo abierto...
Me hace feliz reencontrarme con este pequeño rincón bucólico que atesora Olveiroa a la salida de la aldea y a pie de camino, sombreado, con el río presente y el sonido del agua, y justo a la vera del sendero, una Cruz de Piedra para que el caminante pueda pedir protección hasta su destino, y a la que he vuelto a acercarme con flashes de tres años atrás y buscando con la mirada lo que hoy sin duda son semillas enterradas...
El Río Xallas se enorgullece de contar con un cercano elemento diferenciador con respecto a los demás importantes ríos de este camino, una forma singular de desembocar en el mar: la impresionante Cascada o Fervenza do Ézaro, que deposita las aguas del Xallas majestuosamente con una cortina de agua de 30 metros de altura que se despliega a la vista de visitantes y curiosos antes de morir en el mar... ; este es otro de esos lugares que se me hacen especiales por los recuerdos grabados a fuego en mi cabeza en los que puedo ver a mi madre transitando y disfrutando feliz por ellos, todo lo que desgraciadamente no puede hacer ahora por su enfermedad.
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| Cascada de Ézaro. 4 de agosto de 2016 |
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| Cascada de Ézaro. 4 de Agosto de 2016 |
Me vuelve a sorprender al frente el arco iris, que como los ríos, me está acompañando también en todo este camino, como la sonrisa que me manda el cielo para restar importancia a los chubascos que me agobian tan seguidos, anticipando los momentos guapos que están por venir, y dándome ese abrazo virtual que necesito en algunos momentos...
He llegado al Albergue y Cafetería O Logoso, otro de esos lugares benditos enclavados en mitad de la nada para darte cobijo y comida caliente. Aquí me he detenido a tomarme un cortado calentito, en el momento justo en el que daba comienzo un nuevo chaparrón que ha azotado mucho más fuerte que la ráfaga anterior, y que estoy seguro que si me hubiese pillado a la interperie me hubiese calado hasta los huesos. Sin embargo desde el refugio de O Logoso puedo dejarlo pasar observando a través de los cristales mientras converso con la hostelera. Alguna vez este albergue será final de etapa en un futuro epílogo que realice...
En Hospital coincido de nuevo con el Centro de Información de Dumbria cerrado a cal y canto por segunda vez consecutiva. En esta ocasión aparece más customizado, y otra vez la mirada amenazante de Vákner, que continúa vigilando todo lo que se mueve. Por la fotografía me he dado cuenta de algo ue ha pasado invisible a mis ojos, unas enormes botas y un bordón de bronces que deben hacer las delicias de los peregrinos introduciendo sus pies en las botas para la foto, como si fueran las de "siete leguas".
Caminaremos ahora por asfalto con la vista puesta en los molinos que tenemos en frente. La postal, aunque parezca pobre entre la carretera y modernos molinos de viento, se enriquece con un cielo azul de nubes dibujadas estratégicamente, alineado con el verde de la pradera, que con la lluvia caída presenta la hierba más espigada y henchida mirando al sol tibio que nos envuelve.
Y así enfilé hacia dirección opuesta a Fisterra caminando por el arcén de la carretera, rodeado de los aerogeneradores que se dibujan en el paisaje y expectante ante las sensaciones nuevas. El sol me saluda a ratos, pero poco después se oculta entre las nubes para comenzar a llover de nuevo, en una sucesión de claroscuros que fue aminorando en repeticiones según me sumergía en preciosos tramos de bosque tras haber dejado atrás la carretera y el continuo paso de camiones. De este modo, con la lluvia retenida, podía tener la mirada alta y disfrutar del entorno ante el que por primera vez me presentaba, húmedo y solitario paisaje en el que aromas, imágenes y sonidos se amplificaban para mí solito, mí cámara y mi memoria.
Sin darnos cuenta llegaremos al lugar de As Carizas, casi en una hondonada al final de la larga bajada de donde venimos, pequeña aldea que aún hoy día se abastece de los tenderos que con el vehículo cargado de pan, alimentos y productos de primera necesidad van recorriendo las calles de lugares apartados como este anunciando con el claxon su llegada. Así me crucé con uno que me trajo recuerdos de pequeño, con el salpicadero ocupado por bolsas de plástico anudadas con bollitos de pan en su interior, y que sin anotación ninguna cuando la experiencia y la rutina repetida del día a día te enseña, lleva nombre, apellidos y dirección de una finca concreta que lo espera.
De pronto ha llamado mi atención una enorme flecha convertida en vitrina que se encontraba a pie de camino. Se trata de una escultura en acero cortén y cristal llamada "Ultreia, Caminando por las Estrellas", creado por la artista María Lema con la colaboración de un emprendedor local llamado Juan Cabanas Rodríguez. Desde 2019 indica de este modo peculiar y llamativo el camino a seguir a los peregrinos animándoles a seguir adelante con el sonido sordo de su nombre en clave que solo los peregrinos conocen: ULTREIA!! .
Continuo cruzándome con inesperadas sorpresas contemporáneas cuando encajado en la naturaleza me encuentro con el moderno edificio del Albergue Público de O Conco que indudablemente llama la atención por su forma y colores llamativos casi llegando ya a Dumbría .
Tras dejar atrás la naturaleza urbana de la localidad y caminar un tramo paralelos a la carretera , nos introducimos de nuevo en bonitos senderos de bosque que nos vuelven a sintonizar con la introspección, la tranquilidad y el sosiego. Esta tranquilidad solo se interrumpió un instante cuando he visto venir a lo lejos a un peregrino que hacía el camino contrario hasta Santiago de Compostela. A ní que me alegra encontrarme de sopetón a caminantes solitarios como yo a los que saludar y con los que intercambiar unas palabras, me sorprende encontrarme rostros tan serios que saludan tímidamente y pasan de largo...
Y de este modo llegamos a la pequeña aldea de Trasufre, que conserva un tesoro curativo que atrae a cientos de personas, tantos como pañuelos ondean al viento en las alambradas que rodean el sobrio Santuario de la Virxe do Espiño. En esta apartado rincón tiene lugar el 21 de septiembre una romería dedicada a Nosa Señora do Espiño (o a Santiña de Trasufre), considerada de las más importantes de toda la Costa da Morte.
Las pequeñas iglesias se sucederán a nuestro paso, y la siguiente en llamar mi atención ha sido la Capela de San Isidro de Quintáns (s. XVII), coronada con una horrorosa barandilla de acero inoxidable que le hace flaco favor a la estética de tan noble edificio. Adosada a ella me encuentro lo que parece un peto de ánimas, que tanto me gusta encontrarme desde la primera vez que supe de su existencia. Cercano a la capilla está otro edificio de antigua escuela que desconozco si seguirá en uso, pero que ya no pasan tampoco desapercibidos para mí.
Comienza a caer la tarde y aún me queda un largo trecho para llegar a Muxia, y lo que es peor, más motivos para detenerme en mi camino, pues estoy llegando a uno de los hitos más importantes de esta etapa. Mientras camino cuesta abajo me acompaña aroma a tierra removida y estiércol de cerdo. En un rincón apartado del camino se encuentra lo que parece ser un taller provisional o efímero de "encaixe de bolillos" que imagino abre en temporada alta y que hoy lamentablemente me encuentro cerrado, aunque en mi cabeza soy capaz de recrear el sonido de los palillos al entrecruzarse en el eco de esta pequeña cabaña, dando forma a bordados únicos que salen de las manos de las "palilleiras".
De pronto aparece a mi derecha, casi sin esperarlo al desconocer su ubicación, lo que estaba esperando, enorme, vetusto, erguido pese al paso de los años, viejo y solitario: uno de los hórreos más grandes de Galicia, datado en el siglo XVI. Con sus 27,3 metros de largo y sus 22 pares de pies, es el tercero de mayores proporciones de toda la Costa da Morte tras el de Lira y Carnota. Se supone que en semejante recinto se guardaba el diezmo de las cosechas que los agricultores entregaban a los Monjes del Monasterio de San Martiño de Ozón contiguo, que se estimaba en el 10% de la cosecha. El Monasterio, del siglo XIV con Iglesia románica y Dos preciosos ábsides, aún hoy día pareciera habitado, como si a través de las ventanas fuera observado. Es un privilegio que tengamos estos tesoros a pie de camino, y estoy seguro que aún así habrá gente que pase de largo...
Toca continuar y aligerar el paso para que no me pille la noche. Paso junto a una nave donde unos obreros están reparando el techo, y me percato de que me encuentro en Vilar de Sobremonte, en una localización perfecta cuesta arriba con inmejorables vistas..
Tras despedirme de Pilar, y animado por la "posibilidad" de que solo me quedasen 4 kms. en lugar de nueve, aceleré el paso con ganas ya de llegar a destino. Se suceden subidas y bajadas, hasta que me encuentro de frente con una idílica postal que aunque me hizo creer que ya estaba cerca de Muxia, se trataba de la Ensenada de Merexo y la ría de Camariñas. A pesar del disgusto, el lugar me pareció precioso y me hubiese encantado detenerme ya, tanto que me molestó sobremanera que el camino nos llevase ahora por una subida de asfalto cercada de eucaliptos que no dejaban ver el paisaje que se ocultaba detrás, teniendo que contentarme solo con el acompañamiento sonoro del mar...
El final hasta Muxia se me está haciendo enrevesado, y el entorno me oculta hasta la puesta de sol. Para colmo, una espectacular subida por un camino empedrado que desemboca junto al Monasterio de San Xiao de Moraime, donde obviamente bajé para disfrutar de ese pórtico espectacular a los pies de una escalinata que da entrada a su iglesia románica del siglo XII, e intentar adivinar algo de su interior entre las rendijas de la puerta.
Definitivamente, por más que aligero el paso, la oscuridad se me ha echado encima. El recorrido que me queda hasta Muxia, que se está resistiendo a aparecer, en lo negro del paisaje me parece una gincana o broma pesada que me está poniendo a prueba. La bajada hasta la playa es por un camino desdibujado que a duras penas consigo delinear con la luz del frontal, hasta que por fin llegué a la Praia de Espiñeirido, donde no se si la marea subía o bajaba, y yo intentaba abrirme paso entre charcos sin medir profundidades, con la vista puesta en Muxia que por fin se me presentaba iluminada al frente.
Tras conseguir atravesar la playa y llegar al paseo, GPS en mano me dispuse a localizar mi alojamiento para las próximas dos noches, el Albergue Bela Muxia La localidad está tranquila, y las calles vacías. Me he fijado en el puerto, donde he decidido ya que quiero venir después a pasear tras la cena. Por fin en el albergue, y atendiendo a mi petición de una litera lo más apartada posible, me han ubicado en una habitación donde todo apuntaba que iba a estar solo hasta que ha llegado un grupo de italianos que de todas las camas disponibles han venido a ubicarse en las camas contiguas a la mía.







































































































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