3a ETAPA CAMINO DE SANTIAGO INGLÉS: BETANZOS - HOSPITAL DE BRUMA (24 Kms.)
6 de septiembre de 2020.
Hoy nos hemos despertado pronto. Con Enrique como compañero de inicio y final de etapa no es difícil madrugar, y en este aspecto casi me alegro de que él tire de mí. Así y todo no hemos sido los más madrugadores y en la habitación nos hemos quedado solos. Me ha dado por correr las enormes cortinas que cubren los ventanales de la habitación y me ha encantado ver a nuestro alrededor todo el casco viejo de Betanzos. Desde pequeño me ha gustado dejar vagar la mente mirando ese mar de tejados de sufrido barro cocido y azoteas que se observan desde cierta altura en las zonas viejas de algunos lugares. Pocas cosas me relajan y embelesan más, a saber de dónde me viene eso.
Arreglarme los pies me toma bastante tiempo, y me temo que esta rutina me va a acompañar varios días porque las ampollas pintan fatal. Hoy estreno las almohadillas de gel que compré ayer en la farmacia y espero que me faciliten un poco las cosas.
Finalmente y así temprano salimos a las calles, vacías, que me da reparo hasta usar los bastones para que el claqueo de la punta sobre la piedra no se haga eco y despierte a alguien. Casi a la salida de Betanzos, subiendo la cuesta tras la Plaza de los Hermanos García Naveira y sus letras enormes de BETANZOS, a mano izquierda está la calle Rúa Pintor Seijo Rubio y siguiendo esta calle llegarás a la Churrería y Chocolatería Betanzos que abre pronto, ideal para coger con fuerzas la etapa. Con lo que me gustan a mí unos churros (o "calentitos" como los llamamos en Sevilla), ha sido una alegría temprana para el cuerpo. A partir de aquí Enrique ha cogido velocidad y hemos quedado en encontrarnos en el albergue público, al que por cierto me he comprometido en hacer yo la reserva para conseguir plaza para ambos. Espero conseguirlo, porque si no me veo caminando un rato más. Enrique y yo nos hemos cogido el tono y este acuerdo de caminar por separado y esperarnos en el final de etapa me satisface mucho. Así podemos caminar a nuestro ritmo y marcando nuestros tiempos, pero a la vez tenemos una cara conocida con la que compartir el final del día, y en mi caso además la tranquilidad de saber que Enrique está pendiente de mi problema para caminar por si necesito ayuda.
Hoy ha sido una etapa de grises para mí. No es la etapa más reseñable en comparación con las dos anteriores, aunque tiene algunos puntos muy guapos en su recorrido. Es cierto que tiene cuestas importantes tal y como indican las guías, pero quizá no tan inclinadas como las de la segunda etapa. Recomiendo a todo el mundo invertir en un par de bastones de Nórdic Walking porque ayudan muchísimo en estos casos para impulsarte, y más si como yo estás perjudicado. No pesan nada, son plegables, y te facilitan mucho las cosas (no olvides hacer acopio de puntas de goma de repuesto).
En Meangos, a 7 km (para los que no cojan la alternativa del camino viejo) hay un bar abierto en el que se puede tomar algo, comprar un bocata y sellar. El tramo a partir de la foto en el que aparece un cartel señalando la "Ruta de Omilladoiros", cuesta arriba, se me ha hecho soporífero, y se hace bastante aburrido por ese sendero interminable donde solo se ven eucaliptos. Sigue habiendo asfalto y más asfalto, y donde hay tierra, lo han compactado con gravilla y guijarros. Este paisaje cambia a partir del Área Recreativa de Beche, donde hay otro bar abierto en el que también hacen bocadillos y hamburguesas. Aquí he parado para descansar y comerme un bocadillo de lomo con queso y una Estrella Galicia que me han reconstruido cuerpo y mente y me han cambiado un poco el estado de ánimo, porque las ampollas quizá no me están dejando empatizar todo lo que me gustaría con el entorno, que no tiene la culpa de que yo no pueda sacarle todo el provecho que se merece y que a mí me gustaría, y eso me tiene algo endemoniado. El Área Recreativa de Beche es zona de práctica deportiva en el agua, desconozco si es zona de baño porque no me acerqué al enbalse, pero por si acaso ten a mano el bañador, que con calor seguro que apetece y a lo mejor se puede.
¿Lo he pasado mal? , sí. Los pies y las ampollas me han dolido muchísimo y he tenido que caminar despacio y casi con los pies de lado. En un determinado punto subiendo una cuesta y viendo que se me estaba haciendo tarde para lo que me faltaba por caminar, casi arranco a llorar de impotencia clavando los bastones en el suelo, pero por lo mismo me he propuesto firmemente que esto no me iba a fastidiar mi camino. Finalmente al llegar a Casa Avelina, el hospitalero del albergue ha tenido que salir a recogerme en su coche alertado por Enrique de mi situación, para acercarme los últimos 2,6 kms. No me ha gustado nada porque me hubiese gustado llegar sólo hasta el final, pero en momentos así el orgullo hay que tragárselo, y creo que estoy empezando a darme cuenta de que este camino me está enviando lecciones y que todo sucede por algo; Siguiendo también el consejo del hospitalero, mañana la mochila la traslado con Correos para poder caminar sin peso y no machacar más mis pies la próxima jornada. Tengo que valorar estas opciones porque todo el mundo, a la vista de mis ampollas, me invita a parar aquí, y si no quiero ni pensar en esa opción, tengo que hacer lo posible para al menos no hacerme más daño. Enrique ha ejercido de cuidador, tratándome las ampollas como mejor sabe y haciendo uso de su propio material con la intención de que las ampollas sequen cuanto antes. Tras vaciármelas, me ha inyectado Betadine en la bolsa de las ampollas con una jeringuilla (¡¡cooooomo escuece!!). A la tarea se unieron tres chicas más del albergue aportando un montón de envases desechables de Betadine para que no me faltara en el camino. No saben todos cuánto se los agradezco, y lo que reconforta esta ayuda grupal para mantener el ánimo arriba cuando te ves herido y confuso por lo inesperado de la situación.
Un 10 para Benigno, el Hospitalero del Albergue de Hospital de Bruma, que no ha cesado de darme consejos e instruirme para toda la casuística que pudiera suceder mañana en función de cómo se encontrarán mis pies y de si podría caminar o no, y me ha organizado el traslado de la mochila. Qué importante encontrar personas con esta predisposición, pasión por su labor y experiencia.
Para cenar lo hemos hecho en el único restaurante del entorno, Casa Graña, que se encuentra casi enfrente del albergue. Con el ajetreo de llegar, ducharme, preparar con el hospitalero toda la logística de mañana antes de que se marchase y las curas, se nos pasó la hora a la que Enrique había avisado de que iríamos a cenar, y la encargada nos ha echado una pequeña bronca que a mí me ha parecido como la de una madre, porque después de reñirnos con toda la razón del mundo por el tiempo que llevaba la freidora encendida esperándonos, nos ha soltado un "y ahora sentaros que os voy a dar de comer" . Me ha encantado :-)
Hoy me voy a la cama rogando de corazón que esta noche sea reparadora y que mañana mis pies no me fallen. Tengo que llegar a Finisterre, si Dios quiere...
Buen camino!
INFORMACIÓN PRÁCTICA Y ENLACES:
Albergue Santa María del Azogue (12 €/ litera) - Reservado a través del email.
Rúa Santa María, 5 - Betanzos
+34 683 193 256
alberguebetanzosacc@gmail.com
Rúa Pescadería (esquina con Rúa Ferreiros) - Betanzos
+34 616 944 470
+34 618 331 787
Praza Padre Francisco Blanco s/n - Betanzos
+34 981771767
Albergue Público de Peregrinos Hospital de Bruma (8 €) - Reservado por teléfono aunque actualmente no admiten reservas.
Parroquia de Bruma ( San Lorenzo) - Mesía
+34 981 692 921
Inaugurado en 2021.
c/ Hospital de Bruma, 9 - Mesía
+34 619 464 240
info@alberguesanlorenzobruma.com
Hospital de Bruma - Mesía
+34 981 696 006
NUEVO: Guía 20xvinte El Camino Inglés.
Desde tierras inglesas, más allá del mar, llega esta ruta con destino Compostela. Con sus dos variantes, nos paseamos de la mano de 20 amantes del Camino:
IMÁGENES :
A etapa foi dura pelas condições físicas que estava passando no momento ou pela dificuldade do terreno?
ResponderEliminarPor las condiciones físicas, las dos enormes ampollas que tenía en las plantas de ambos pies me hacían mucho daño y minaban ni estado de ánimo.
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